F A N F I C T I O N S
Aquel joven sentia fascinación por aquella máquina tragaperras, que Juan el del bar de la esquina ,habia instalado recientmente. Acudia al lmas cada final de més.
La cosa fué a más, y llegó a preocupar seriamente a sus padres que fueron a hablar con Juan.
Este no sabia como calmarles, aunque comprendia muy bien su enojo, les dijjo que él no podia privarle de acercarse a la máquina, pero que intentnaria halar con el muchacho.
A media tarde del dia siguiente, cuando el trabajo habia bajado, entró Gustavo que se fué directo al rincón dode estaba instalada la máquina en cuestón. Llevaba ya las monedas en al mano, cuando Juan se acercó a él y antes de que pronunciara palabra, Gustavo le dijo: Ya sé que mis padres están preocupados por mi. Y que han venido a verte, pero no hay porque tener miedo, de que caiga en una ludopatía. El dinero que dejo a la tragaperras, no es por amor al juego, sinó por una pasión desmesurada que el tengo a la chica que desde dentro me sonrie, y me reta a besarla. ¿Has visto lo guapa que és? y metiendo la moneda en la ranura, dijo Mírala, mírala . . . ¿Verdad que es preciosa?
Al poco tiempo Gustavo ingresaba en un sanatorio psiquiátrico.

