F A N F I C T I O N S
Aquel joven sentia fascinación por aquella máquina tragaperras, que Juan el del bar de la esquina ,habia instalado recientmente. Acudia al lmas cada final de més.
La cosa fué a más, y llegó a preocupar seriamente a sus padres que fueron a hablar con Juan.
Este no sabia como calmarles, aunque comprendia muy bien su enojo, les dijjo que él no podia privarle de acercarse a la máquina, pero que intentnaria halar con el muchacho.

Ya sé que mis padres están preocupados por mi. Y que han venido a verte, pero no hay porque tener miedo, de que caiga en una ludopatía. El dinero que dejo a la tragaperras, no es por amor al juego, sinó por una pasión desmesurada que el tengo a la chica que desde dentro me sonrie, y me reta a besarla. ¿Has visto lo guapa que és? y metiendo la moneda en la ranura, dijo Mírala, mírala . . . ¿Verdad que es preciosa?
Al poco tiempo Gustavo ingresaba en un sanatorio psiquiátrico.