MI HOSTORIA DEL JUEVES

 A través de  sus ojos.

           Pitufa desde su atalaya metálica, se preguntaba muchas veces porqué aquellas personas de  la casa que la habían adoptado como mascota se olvidaban de ella tan a menudo.
Colgada en la pared de la cocina encima de un calendario, contemplaba cada dia el ir  y venir de todos. Una cocina solariega pero pequeña. En invierno era mas agradable y cálida, pero en verano, se tornaba un auténtico assadero. Además también  la hacian pasar sed. Justo cuando ya pensaba irse se allí para siempre aparecía la  que hacia bailar a todos y llevaba el ritmo de la vida de aquella familia como una mujer orquesta, y le salvaba por los pelos. Con tres niños muy pequeños la mujer no le daba tiempo de oir los conciertos de la mañana y de la tarde. A  pesar de que ella, la mascota hacia todo lo posible por lucirse con sus trinos. Alguna vez la habia visto como regañaba a los niños por el ruido de sus juegos amenizados  con tapaderas, cazos, embudos y todos los cacharros que su madre reunía en  un cajón bajo de la cocina, porque eran sus juguetes favoritos. Eran  niños de corta edad y salvo que no se hicieran daño jugaban y se entretenían muy bién. En otra, ocasión la mujer de las  prisas dejó olvidada la puerta de la jaula abierta  y tras dos días de pensárselo, una noche de verano que reinaba el silencio, en la casa, voló raudo hacia la libertad. A conocer mundo.  
Esperaba encontrar otra casa  que tuviera la ventana medio abierta que le permitiera entrar y cortinas que le dejasen esconderse de momento, hasta que la cazasen y tuviera la suerte de dar con una ama de casa menos ocupada. y más agradecida con sus cantos..