JUEVES DE NAVIDAD, TAMBIÉN RELATO

Una vieja actriz, un deprote oriental y más cosas


          Ella era sin duda al mejor, actriz y la más guapa. Era  la reina de Hollyvood. Nadie hubiera osado arrebatarle su trono ni por asomo. Habia protagonizado mas de cien películas  con los galanes mas apuestos de la meca del cine. Ahora ya mayor, con arrugas y con un cuerpo cansado y castigado por los excesos, ya no es el mismo, ni responde a ningún estímulo. Vive retirada en su gran mansión, donde el lujo sobrepasa los límites de lo más brillante y caro. No ha desperdiciado el tiempo. y se ha preparado a conciencia para tener las espaldas bien cubiertas, pero no ha pensado jamás en la dureza de esta situación. Nunca imaginó que tanta soledad pudiera existir. Se aburre soberanamente y no recibe visitas.
        Nadie la puede ver, y ella también, está enferma  de la vista. Olvidada del mundo, encerrada siempre e su carcel de cristal y oro se entretiene solo, en pasar una y otra vez sus viejas cintas y revivir con sus hombres del celuloide, aquellos besos apasionados, que la hacen sentirse bien unos minutos. Las series de la televisión sus sus únicas distracciones. Ultimamente ve casi todas las competiciones de sumo femenino. Hay una cadena que las da 12 horas diarias.
 Las dos mujeres encargadas de cuidarla  no entienden como puede agradarle este espectáculo, tan basto y grosero.
Las dos han llegado a la conclusión de que lo hace para ver precisamente estos cuerpos gruesos y deformados por la grasa, y que representan para la artista un poco de consuelo. Ella está aún mucho mejor Después de eso, casi nada más; si es verano se sumerge en la piscina, desnuda pero con las luces apagadas, y de noche. Desde el atardecer, come algo para después poder bañarse sin peligro, permanece más de dos horas y entonces duerme un poco mejor.