RELATOS DE LOS JUEVES

            
 Esta vez con ayuda de grandes escritores
Conmigo: Laura  Restrepo: Su obra: "Olor a rosas invisibles"

                       
Creo que debió servirse un trago. Como todo señor de mundo, Luís C. Campos C.--llamado desde los dias de colegio Luicé Campocé-- tenia  en su oficina una neverita con,  hielo soda ¿aceitunas y  cerezas marrasquino?, lo necesario para sevirse un trago cuando algo lo inquietaba. Se reclinó en su poltrona de cuero, desvencijada pero imponente, heredada de don Luís C. Campos padre, y la hiza girar hacia los cerros que espejeaban al otro lado del ventanal, para perder en ellos la mirada.

Aquella llamada telefónica habia, interrumpido su siestecita, por lo que de momento se puso de pie y contestó con desgana y mal humor. Pero la primavera en Roma,es algo especial. Un estado de ingravidez placentera, que le harian cambiar de planes, dejando los papeles del escrirtorio, revueltos y desordenados. La voz femenina que acababa de escuchar, trajo tan buenos recuerdos, que decidió, salir a la calle. Al pasar por el recibidor, miró como una fotografía de su familia, a la que queria mucho, pero dedujo que le reprocharían aquella salida. Sin embargo se dijo a si mismo: Solo es un encuentro con una compañera de clase LuíscéCampocé. No hay para tanto. Estará tan vieja como yo, o más. Tranquilos. Y cruzó la acera que estaba resbaladiza, por una lluvia fina que no cesaba de caer. Se dirigia con paso apresurado hacia el lugar que ella le habia propuesto.

Me confessó, algún tiempo después,  ue en aquel momento, tuvo que hacer acopio
 de todo su poder de concentración, para arrinconar al ratón hambriento, que desde hacia tiempo roía el queso blando de su memória. Queria recomponer  el escenario, para  ubicar esa voz cálida de mujer: recuperar cada instante, cada color, cada tonalidad del cielo.