LA PLAYA Y LA NOCHE DE S.JUAN

 CONTANDO SEMANAS CON SINDEL (26 DE 52, ESTAMOS EN EL ECUADOR).


 La noche estaba calmada, Ese dia el mar parecía inquieto, pero al llegar el artardecer,
cambió el viento, y las olas que se mostraban furiosas y con ganas de guerrear, con todos los barquichuelos, que salieron a la mañana, ahora, quizás y por la fatiga de tanto esfuerzo, estaban quietas, extrañamente mansas, dóciles y sumisas.
La arena de la playa, se había poblado de gente joven, ansiosa de diversión, y juegos, de bullicio, de musica, de humo de diferentes procedencias.
Era la noche. Su gran noche, nunca hasta ahora la habían esperado con tanto anhelo, con tanto afán. Todos por un igual, las chicas mas nerviosas, y espectantes. Los chicos más  alegres  y ocurrentes.
Desenfadados, desinhibidos, todos. Habían podido burlar, por tratarse de esta noche tan especial la estricta vigilancia de sus progenitores, también ocupados  con las cenas, los cohetes, las bebidas, los amigos...
Los preparativos, fueron quedando atrás. Era el momento de la diversión, del baile, los juegos, de las colas con gin, la primera vez  que las chicas lo bebían. Después ya podrian zambullirse en el agua tibia de aquel mar de vacaciones.
Mar de secretos. Mar de besos furtivos. Mar-cama sin sábanas blancas ni cojines de seda, pero que acogería, en su regazo los supiros de estos muchachos y las desnudeces de ellas. La noche, aquella noche era pasado, dejando el solsticio de verano,y llevándose con ella, la inocencia de unos y otros, y la candidez de todos juntos.

Al dia siguiente, habría que esperar, al viento, a las olas, a la arena de la playa, otra noche, que ya no sería como aquella.