LOS VIEJOS VIAJES

Subimos hasta Dinamarca.

Y seguimos camino al Norte passando por Alemania, pero nuestro objetivo,era llegar has Dinamarca. ¿porqué? no lo recuerdo con exactitud. habíamos planeado, nuestro itinerario así con la ayuda del amigo Joan Riba, y así se hizo. Simplemente.
Llegamos hasta Puttgarden que es donde cogeríamos el ferry que nos trasladaría, a la península de Jutlándia que es donde está la capital de Dinamarca: Copenhage. Sabíamos que aquel era el punto mas lejano de casa, así que nos instalaríamos tranquilamente, para pasar unos días. Tengo guardadas en mi retina un montón de cosas bonitas y singulares. Por ejemplo: los nombres de las calles,todos terminaban en “vej” o en "borg" como Roskildevej, o Kalundborg. En los parterres al lado de las calles, casi pisándolas, había indefectiblemente, si lucía el sol, señoras o chicas jóvenes tomando el sol (menudo sol de pacotilla) leyendo un libro, y con bikini o bañador, encima de una toalla. También recuerdo la cantidad y la gran variación de panes y bollería, en las tiendas del pan y me sorprendía ver aquellas hermosas tiendas de pan, nada que no tengamos ahora nosotros en cualquier panadería de barrio.
Entonces nosotros no las habíamos visto nunca, ni sabíamos que existían. y nos hacía gracia todas las mañanas, ir a por el pan. También visitamos las fábricas de cerveza Carlsberg y fuimos a los jardines Tívoli,que era un parque de atracciones, famoso por ser el mas antiguo parque de estas características de Europa.Pudimos asimismo ver las señoras muy mayores,con gabardina clara, y sombrero o gorra, llegar allí en bicicleta, sentarse, en las maquinitas tragaperras, horas y horas cuando aquí todavía, no las había. Una imagen típica, cuya moda ya llego a nuestro país, hace ya algunos días: No he hablado en ningún momento del viaje, que manteníamos contacto con toda la familia, casi a diario. Desde los diferentes campigs, donde estuvimos, se podia llamar sin problemas. No parábamos de ver cosas “nuevas” que teníamos ganas de explicar, ademas ya nos sentíamos lejos, y con ganas de volver. Allí había muchas clases de pan, pero la fruta era tan mala, que ya empezábamos a sentir su ausencia. Después de haber vuelto la casita del revés, de haver hecho todos los controles mecánicos, de haber lavado toda la ropa, de haber conocido y fotografiado, la famosa sirenita, asistido al cambio de la guardia real delante del palacio de los reyes, emprendimos el regreso. Pero aun teníamos que tomar nuevos baños de cultura y de convivencia. Continuarà