dimecres, 28 de setembre del 2011
EL FINAL DEL VIEJO VIAJE III
Un pollo maravillozo.
Una vez que ya nos hicimos a la idea de no pasar el estrecho, volvimos a la Línea de la Concepción, y allií la gente que nos perseguía ofreciéndonos de todo y al final compramos algunas cosillas para llevar, porqué esta gente que nos dió lástima. Se veían cantidad de hombres jóvenes, por la calle queriendo vender a los pocos turistas que estábamos. Hay otra cosa que también ha quedado, en la memoria de todos es que, de regreso a casa paramos en un restaurante de la carretera a comer. No había nadie, y tenia pinta de ser nuevo y no acabado.
Nos pidieron qué queríamos para comer... y mientras lo pensábamos, entró mas gente. Casi se llenó al completo en pocos minutos, y sirvieron a unos cuantos, y a nosotros no nos decía nadie nada. Había un solo camarero, y daba la impresión que aquello se le había ido de la mano. Espera que esperarás, y al final pudimos pedir, cuando ya estábamos decididos a marchar sin comer. Nos retuvo allí, el hecho de que nos habían servido el vino, y el pan. Además en vacaciones no hay prisas. y el espectáculo que nos presentaba aquel hombre con sus idas y venidas, con su verborrea de andaluz cerrado, y en vivo y en directo, era para no perdérselo. Por fín se acerca, para cantarnos, todo lo que tenía, pues la carta que vimos al princpio, la tenian otros señores. Recitada la retahila de nombres al final dijo: ah! se me olvidaba: tengo también dos raciones de pollo maravillozo, Nos entro a los cinco tal risa que nos tuvimos que marchar dejando al hombre, mas planchao, que un bacalao.
Pues tuvo la poca delicadeza de ofrecernos el pollo que habían retirado que la mesa de al lado, que después de muchas protestas, devolvió. (jajajaja)
Esto ha quedado como un clásico en nuestras conversaciones. Al que le cuesta elegir una cosa, la que sea, ya contestamos todos a una: ah!!! y tenemos un pollo maravillozo.
No puede ser!!! otra vez, me he comido el viaje, yendo de rama en rama como los jilgueros, y dejando lo importante a una lado. Y es que he de hablar de nuestro periplo sevillano, y de la nevada que nos pilló al final. Pues será en otra entrada.
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6 comentaris:
Yo creo que más que pollo "maravillozo" eso era pollo "mareao". Afortunadamente, los tiempos han cambiado, esperemos que no vuelvan para atrás, con esto de la crisis. Ahora, eso sí, la anécdota es para no olvidarla.
Un abrazo.
Me he reído con ganas con la historia del pollo. Bien que os lo quería endosar, jajaja.
Abrazos y veremos lo de Sevilla y la nevada.
¿De rama en rama? Ahí está la sal. Un petonàs, que he rigut a gust!
Menos mal que solamente eran dos raciones y erais cinco...y que debía estar buenísimo,si los de la mesa cercana lo devuelven...Los viajes siempre dejan cosas que contar.
Mercedes: el pollo estaba como dices tú, bien "mareao" y como han cambiado los tiempos! para bién. Date cuenta que hablo del año 1978, osea: hace 33 años y medio!!! Toda una vida!!! Gracias por tus amables palabras.
Me alegro que te haya hecho reir, Es estos tiempos que corremos, ya se agradece. Pués Sevilla ya fué otra cosa.
Muchos besotes, y que pases un feliz fin de semana.
Ramón. tu també t'has fet un panxot de ruire? dons m'en alegro molt, que vols que et digui.
Una abraçada ben gran, noi i gracies!
Mariajesús: Ya explico que nos fuimos corriendo, solo faltaba lo del pollo "maravillozo". lo que no he contado, ni lo haré, es que aquel dia, cenamos mucho más de lo de costumbre, porqué no encontramos otro restaurante, por aquella zona.
Recibe todo mi afecto.y gracias por comentar
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