LAS SEMANAS DE SINDEL. (LA 47 DE 53)

BURBUJAS.
 

Hay un paisano mío que monta un espectáculo él solo con  sus burbujas, y que  és una maravilla. Se ha de ver. No se puede explicar todo lo que se inventa con estos elementos tan etéreos y volátiles. Se llama Pep Bou, y suele actuar y llenar teatros alla donde va.
Pero yo no quiero hablar de las burbujasa de Pep Bou, sinó de otras que han sido muy cuestionadas, y que han propiciado una gran crisis en nuestro  país. Que han arruinado a grandes empresas de aquí y de otros muchos lugares de medio mundo. Escribir sobre la burbuja inmobiliaria ha llenado tanto papel que por mucho que yo diga u opine, nada nuevo podré adjetivar. Fué éso; una burbuja, una ilusión valdía, que ha durado ocho años, y que ha empobrecido a una gran mayoria de gente sencilla, que se creyó rica en algún momento, al ir tan sobrevaloradas las vivendas e invirtieron en comprar pisos, locales y plazas de parquin. pagándolos a precios muy altos, y se encontraron a la hora de vender o aquilar, que su valor se habia depreciado de golpe, un cincuenta por ciento y que además no se podian vender, ni regalar casi. Ocurrió que al no poder pagar sus hiptecas los bancos se apropiaron de las propiedades y se quedaron con ellas, Pero se juntaron con tantíssimos pisos, que tampoco los queria nadie y empezaron a cerrar oficinas dejando a sus empleados en la calle y a sus hemosos y céntricos locales vacios. La construcción bajó al límite cero, destruyendo a su vez cientos de miles de puestos de trabajo. Y todo se vino abajo. Los restaurantes no trabajaban, los fabricantes de coches no vendian. los talleres no tenian clientes. Los espectáculos se quedaron sin público, y asi una cosa detras de otra. Se derrumbó todo el estado del bienestar y muchas famílias antes pudientes se vieron en la calle y con la triste necesidad de pedir limosna. Una verdadera hecatombe que conviene recordar para no caer en la trampa de nuevo.