dijous, 27 d’agost del 2015

CUENTOS JUEVEROS,



 F A N F I C T I O N S

            Aquel joven sentia  fascinación por aquella máquina tragaperras, que Juan el del bar de la esquina ,habia instalado recientmente. Acudia al lmas cada final de més.
La cosa fué a más, y llegó a preocupar seriamente a sus padres que fueron a hablar con Juan.
Este no sabia como calmarles, aunque comprendia muy bien su enojo, les dijjo que él no podia privarle de acercarse a la máquina, pero que intentnaria halar con el muchacho.
A media tarde del dia siguiente, cuando el trabajo habia bajado, entró Gustavo que se fué directo al rincón dode estaba instalada la máquina en cuestón. Llevaba ya las monedas en al mano, cuando Juan se acercó a él y antes de que pronunciara palabra, Gustavo le dijo:
Ya sé que mis padres están preocupados por mi. Y que han venido a verte, pero no hay porque tener miedo, de que caiga en una ludopatía. El dinero que dejo a la tragaperras, no es por amor al juego, sinó por una pasión desmesurada que el tengo a la chica que desde dentro me sonrie, y me reta a besarla. ¿Has visto lo guapa que és? y metiendo la moneda en la ranura, dijo Mírala, mírala  . . . ¿Verdad que es preciosa?
Al poco tiempo Gustavo ingresaba en un sanatorio psiquiátrico.

dimecres, 26 d’agost del 2015

ALMOHADA



LA ALMOHADA.  (SEGÚN IDEA  DE SINDEL Y SU CUENTA SEMANAS).

Julian lo tenia todo pensado. La abuela era reacia a soltar el dinero que él le pedia cada dia en mayores cantidades. Él era un chico como muchos que ahora mismo, se pasean por nuestras calles.  Moderno, libre y sin casi sin escrúpulos. La vida se habia puesto muy cara para Julián, y le urgía disponer de más efectivo. Sabia que la abuela disponia de bastante dinero en casa, quizas distribuido en catidades pequeñas pero en difentes escondrijos de la casa. el problema era que no los encontraba. Y pensó que estarian en el colchon. Pero ¿como saberlo? Este era el gran problema, perque la anciana ya hacia varios meses que no salia de la cama. Tenía una asistenta social por la mañana y otra por la tarde. Y el chico debia quedarse a dormir y no dejarla sola. Aunque esa obligacion se la saltaba a la torera. Nunca se quedaba y no solo ésto sinó que regresaba bien entrada la madrugada, y en las peores condiciones.
Pero un día que la abuela empeoró se tuvo que quedar la enfermera í no pudo salir.
Esta noche aprovecharé para buscar en el colchón -se dijo- y así en un duermevela de la asistenta, entró sin hacer ruido, en la habitación.
Atónito observó, que la vieja no respiraba. Habia muerto! De modo que todas sus preocupaciones se habian resuelto. Tres dias después y una vez solo, y sin ningún testigo, se dispuso a buscar el botín. pero ante su sorpresa, nada habia entre la espuma y los muelles, de aquel viejo cochón. En un ataque de rabIa puso todo  en un saco de plástiico, y lo bajo al contenedor. Hizo un segundo viaije para tirar la ropa y el cojín. El pobre ignoraba, que todo el dinero estaba dentro de la almohada.

dimarts, 11 d’agost del 2015

CONTANDO SEMANAS (33 DE 53)


Nombre.

 El pensamiento de  lo que le estaba pasando la corroía, la quemaba el alma por dentro, envenaba su amor sin remedio.  Se encontraba en una disyuntiva en la que jamás se habia pensado pasar. En una posición que nunca imaginó.

Solo hacia tres mesos desde que dijo las palabras mágicas, de una mujer enamorada al pie del altar. Y ahora su esposo la  habia  llamado  y tratado con un nombre que ella no hubia querido oir de sus labios. Para una mujer fiel  y esposa amante, aquel nombre,  le retumbó en el cerebro, cual apisonadora, que doblega todo lo que está en su camino.
Y aquella palabra, aquel nombre que le havia adjudicado, la ahogaba, no la dejaba espirar: La habia llamado : Puta e hija de la gran puta.