INVIERNOS ESCARCHADOS

Hoy Jueves dia de Navidad,
también tenemos relato


Tengo muy presente que los inviernos de antes, no se parecian en nada a los de hoy. El cambio climàtico lo ha hecho posible, para bién o para mal. A mediados del sisglo XX, que fueron los inviernos de mi niñez y adolescencia, era la estación más temida del año. 
Se la esperaba con auténtico pavor. Por su dureza, porqué aislaba a muchas personas del centro de  comunicaciones y centros de actividad. En algunos minicipios de nuestro Pirineo llegaban incluso a no poder atender a un enfermo y si este moria el problema era  doble. Los caminos helados varios palmos, por debajo de la suela de los zapatos, impedian llevarlo a su última, morada. No obstante el frio no tenia la culpa, de todos los infortunios de aquellas exageradas y bajas temperaturas. Las máquinas quitanieves no existian i de haber existido, tampoco hubieran podiido hacer  su trabajo, con los caminos  y carreteras impracticables de que se disponian. Otro elemento importante en la lucha contra el frio, fué la ropa térmica y su uso que llegó tres lustros mása tarde Se empezaron a popularizar los anoracks, los botos descanso, i el Goretex. Las casas se tornaron más cálidas, con la calefacción y los dobles acristalamientos. Yo diria que estamos en este momento en posesión de todos los medios para luchar contra los inviernos tan frios de antaño. Pero Oh! paradoja!!! Las semanas crueles con las carreteras cortadas, y los medios de locomoción tan rudementarios, han cambiado tanto y tan ostensiblemente, ahora que no los hemos de menester. Como diria mi  madre: que después de muerto le daban caldo. Disponemos de los mejores equipos pero el frio no llega.
Esto sí; en aquellos dias levantarse por la mañana y limpiar la escarcha del cristal, de la ventana para
poder ver el paisaje exterior, mirar si las candelas de hielo, que colgaban de los  tejados i de los árboles eran mas grandes  y largas  que el dia anterior, y admirar las montañas blancas e incorruptas de las pisadas de mogollón de esquiadores, Y sin la profusión de los remontes y otros sevicios que les són imprescindibles para la práctica del esquí. El paisaje virgen de la nieve y el hielo, que mi generación disfrutamos tanto, ya no se volverá a dar.