dijous, 4 de setembre del 2014

EL MAR Y SUS SECRETOS

    EL MAR Y SUS SECRETOS

El guardacostas  de una playa olvidada de Galicia, después de encontrarse con su relevo se marchaba para casa. Estaba dispuesto y con el uniforme dejado en un colgador de la casucha, que hacia a la vez, de almacén, cuarto de trastos, y que estaba cubierta con lona militar de camuflaje. Era un sitio alejado de la base donde munca ocurria nada  y  nadie jamás habia ido a pasar revista . El muchacho estaba harto de otear el horizonte, i quizás por ello, echó una última mirada al marcharse, hacia la mar.
Entonces vió algo increible; una marea amarilla que brillaba con los últimos rayos de sol, y que parecia que iba avanzando hacia ellos, y quedó paralizado. ATÓNITO.
Tuvo que hacer un esfuerzo para llamar al compañero que ya se habia metido dentro de la barraca. Él no podia quitar los ojos de aquella visión esperpéntica y sorprendente.
  --  Juaaaan!!! Ven ... mira!!!
Este desperezándose, salió enseguida.
Aquellas olas  amarillas asustaron a los dos y fueron rápido a buscar refuerzos.
El teniente de guardia los trató de  locos, pero quiso cercionarse de que no mentian. 
Una vez allí pudo comprobar que lo que decian era absoluta verdad: se estaban acercando nada más y nada menos que un ejército de patos amarillos de plástico.

Al poco llegó el comandante en  jefe de la basse, y como era un hombre de carrera, y estaba mas informado, les dijo que hacia cuatro o cinco años habia leido que en  el estrecho de Bering, osea medio mundo más arriba, un carguero se habia hundido a causa de un iceberg, dejando toda la carga abandonada a su merced. Y sabia que eran patos de plástico, y que no se tenian noticias de haberlos visto o recogido por algún otro barco Un caso muy curioso por la distancia y por haberla hecho sin ser vistos por nadie. Ni por nungún avion o barco. Y en cinco años !!! Toda una odisea.

15 comentaris:

Neogeminis Mónica Frau ha dit...

Eso sí que sería una novedad para despabilar a cualquiera jeje!

Montserrat Llagostera Vilaró ha dit...

Hola Montserrat.
Un relato original.Si hubieran sido monedas de oro seguro que no las hubieran encontrado.
Besos desde Valencia, Montserrat

Dolors Reig Vilarrubla ha dit...

Hola bonica, m'ha agradat molt el teu relat. Espero que estiguis bé. Rep una fortíssima abraçada!

Tracy ha dit...

'Vaya cara que se les quedaría al verlos!

Montserrat Sala ha dit...

Hola Neo: este relato no es fición, está inspirado en un hecho real. Puedes creelo. Un beso. Tu ya sabes qua veces la realidad es mas fuerte que la ficción. Un abrazo.

Montserrat Sala ha dit...

jajaja! monedas de oro dices?todo el oro que les quedó a los españoles cuando venian de Amérca, esetamas que sacado y controlado.
Gracias por comentar. Un abrazo muy grande, tocaia.

Montserrat Sala ha dit...

Si? Dolors? me'n alegro moltíssim. Estic rebé. Gracies Dolors. T'escriuré. Et trobo a faltar.

Montserrat Sala ha dit...

TRAcy: Me lo imagino. Para verlos!
GRacias por comentar. Te envio un beso. muy dulce

CARMEN ANDÚJAR ha dit...

Curiosa historia. Ya me imagino a los chicos mirando asombrados tamaño espectáculo.
Un abrazo

Gaby* ha dit...

Vaya historia! Puedo imaginar el asombro de quienes se enfrentaron a algo tan peculiar... Francamente, prefiero ver el mar minado de patos de goma a un derrame de esos, que contaminan y acaban con la fauna marina.
Había oído hablar de esta situación que cuentas, cosa de locos, no? La verdad, es que la realidad a veces supera a cualquier cosa que podamos imaginar.
Qué lindo volver a leerte!
Un beso!
Gaby*

yessykan ha dit...

Que sorprendente tu relato!
Solo de imaginarlo me da escalofríos del susto que pasaría. Un placer haber leído esta odisea patuaria. =)
Saludos

Montserrat Sala ha dit...

Aquello debió ser una sopresa mayúscula.Como para caerse de espaldas. Muchas gracias amiga Carmen.

Montserrat Sala ha dit...

G A B Y* Aqullo fuñéun susto grande, pero nada peligroso. Un placer recibirte de nuevo en mi blog.
Gracias por venir. Un abrazo.

Montserrat Sala ha dit...

Jessy Kann: és un relato que sorprende mucho, al que no se espera nada, pero luego cuando sabes el porqué de aquella invasión, ya no lo és tanto. Gracias por comentar. Saludos muy entrañables

Alberto V. ha dit...

Hola Montserrat, ante todo pedirte disculpas porque el enlace a tu blog no funcionaba bien. Tal vez un error de copia y pega, no lo sé.

Y tu relato me parece fantástico, aunque ya he leído que es verídico. En fin, que me lo imagino y alucino ante aquella ola amarilla de patitos. Seguro que todos los niños de la playa se pondrían muy contentos como en un parque de bolas!

Siento no haber podido responder antes. Muchas gracias por haber participado en esta convocatoria.

Un fuerte abrazo