Como llegar a final de més, y no morir en el intento.
Los sueldos ya sean grandes o pequeños, son siempre insuficientes. El que tiene el salario pequeño se acomoda a los gastos que puede pagar, aunque tenga que hacer milagros o pedir ayuda a una O.N.G. al Ayuntamiento, o a la Parroquia. Al que por su trabajo le pagan un poco más, también le resulta escaso y se las ve y se las desea para no endeudarse a final de mes. Tiene siempre la tarjeta de crédito al límite si es que logra pasar la frontera del dia 31. Luego están los funcionarios que muchas veces por ordenados hasta llegan a ahorrar cinco euros, esto si la mujer trabaja. Después de este grupo, ya vienen los cargos directivos, los autónomos y comerciantes. Estos van un poco mejor, pero como se ven mínimamente sobrados, van y se compran una segunda vivienda, o un coche 4/4, de alta gama y cilindrada. Y vuelta a lo mismo: a pasarlas canutas del primero al último día del mes. Grandes empresarios, políticos y profesiones liberales,como médicos,dentistas y notarios y abogados con bufete, como necesitan tanto hacer vida social, y relaciones públicas, pues están lo mismo . Porque han de mantener un yate un apartamento en la playa y una casa de montaña, al final no pueden pagar ni el sueldo a la criada. Ahora me tocaría hablar de los millonarios, pero como no conozco a ninguno, si los hay, ahí no me puedo pronunciar. Solo que, aunque tengan mucho mas que el resto de los mortales, no pueden comer ni cenar dos veces. Y se me ocurre un refrán que ya lo he dicho alguna que otra vez y que es para mayor desconsuelo de los pobres. El dinero no hace la felicidad; la compra hecha.
En el transcurrir de los años, se va conociendo a personas y se van entendiendo mejor lo que significan estas palabras. Un buen día me topé con una chica en la peluquería, que me pareció simpática y muy agradable Era muy despierta y estuvimos hablado de los hijos y de los maridos, que es de lo que se habla habitualmente en estos casos. A la otra semana volvimos coincidir, y a la siguiente lo mismo. Ya nos saludamos como amigas de toda la vida. Al despedirnos yo propuse que nos encontráramos a tomar un café en otro lugar, para hablar un rato. Y así de esta manera empecé a verme con Patricia. Pronto me di cuenta que fumaba mucho, pero me dijo que lo hacia porque el olor de los cigarrillos, la chiflaba. Y era verdad que le gustaba mucho, pero en realidad fumaba para disimular el olor a alcohol, que su boca desprendía. Una halitosis insoportable. Una vez descubierto el pastel, me ofrecí para ayudarla, cosa que rechazó de facto. La insistí pero empezó a ponerse violenta y entones decidí apartarme de ella. Comprendí que había entrado en un círculo vicioso del que le seria muy difícil, salir sin ayuda y empece a llamarla regularmente, por si me me necesitaba, pero al reconocer mi voz colgaba el aparato Y así, sin más, perdí a la pudiera haber sido una buena amiga.
EL TESTAMENTO. El bufete estaba lleno a rebosar El aire era tan denso que se hubiera cortado con una pequeña daga. Los últimos rayos del sol londinense se filtraban tímidamente por las cristaleras de estilo ingles del despacho de la notaría del abogado Sir Rowen, del muy Ilustre Colegio de Abogados de Londres. A la difunta Miss, Lowerian, le habían salido muchos herederos. A pesar de haber quedado soltera y sin hijos, y que sus hermanos Jhon, y Mathias habían fallecido bastantes años atrás. La pobre octogenaria, que días antes murió a consecuencia de un estornudo abortado, tenia una considerable fortuna y hacia mucha obras de caridad. De aquí que hubiera en aquel despacho, muchos de los desheredados de la tierra a los que ella ayudaba regularmente. y a los que había prometido dejar alguna cosa en su testamento, igual que al servicio. Todos expectantes mientras el notario abría el sobre con las últimas voluntades de la fenecida. Aquellos instantes previos a la lectura se les hicieron eternos. La parsimonia del letrado se hacía todavía más evidente cuando éste empezó a buscar sus gafas por toda la mesa llena de papales. Expectación máxima. Al fin se puso a leer una larga parrafada que los mantuvo en vilo otros diez minutos. Y cuando por fin les tocaba escuchar las palabras tan esperadas. El notario se dirigió a todos y les dijo en tono grave: señores y señoras pueden irse a su, casa porque Miss. Lowerian ha nombrado un solo heredero universal: Su gato Spitz.
En casa de los Luján, se preparaba un acontecimiento singular; Su hija Paloma, iba a ser pedida en matrimonio por el hijo de los Sres.Batista. Paloma estaba temblando por la reunión. Sabia de lo remilgados que eren sus futuros suegros y en su casa a estas personas los tenían por finolis y por nuevos ricos. En principio habían decidido que irían al restaurante pero la Sra Batista insistió en hacerlo en casa porqué era más íntimo y personal. La madre de Paloma pensó para si. “Lo que quiere ésta es fisgonear mi casa”. No hubo más remedio que aceptar. Así que la Sra. Luján tuvo que aprender a poner la mesa como Dios manda primero, comprar detalles de menaje escoger un menú sencillo, pero sabroso y con clase, y decirle a su marido, que era conductor de autobús, que no hablase mucho, no fuera a soltar un exabrupto al cual estaba muy acostumbrado en su puesto de trabajo. Dos días ates del evento, la madre de Paloma, se fue al Corte Inglés lista en mano. Allí compró los langostinos frescos y el pollo de corral para guisar el pollo mar y montaña, que seria su segundo plato. De primero prepararía una mousse de espárragos blancos, con mezcla de ensaladas y remolacha roja. Y de postre un flan de huevo casero. Ellos traerían algunos dulces de pasteleria. Pensó que los serviría con el café. Llegó el dia, señalado y todos andaban nerviosos. Paloma repasando los últimos detalles, la madre pendiente de la comida y toda la casa que olia a limpio y a ricos manjares. La reunión fue un éxito y el anillo que le regalaron a Paloma era un brillante muy hermoso. El novio estaba feliz, y no soltaba la mano de ella. El padre habló siempre que le tocó y lo hizo com un señor. Los Luján se olvidaron de los gastos y del trabajo. Las horas pasaron y a todos les supieron a poco.
Vaya, menuda cámara la que manejaba James Steward en esta pelÍcula. En aquellos tiempos debió de ser una máquina fotográfica de ensueño. El no va más de las cámaras fotográficas Y lo seria; porque estaba tan ofuscado mirando por el objetivo, que casi se olvida de atender a su novia. Por entonces una deliciosa y joven Grace Kelly, que en vista del éxito, se alía con él para ayudarle en sus pesquisas. Leí hace tiempo, que le Sr.Alfred Hitchock había llenado hasta los topes sus arcas con este largometraje.Tanto que con el solo, ya le habría hecho rico. (de no serlo previamente). De todas formas había un precedente aunque no tan económico, que era “Psicosis” Pero el que sabe sabe y él supo muy bién como dotar el tema de un estado de espectación que ataba a sus asientos a los espectadores con una intriga y un suspense únicos. Este género que nadie como él sabía manejar. Y le film fué un gran acierto. Pués sí, el maestro de la intriga El Sr. Hitchock, para filmar esta exitosa película, lo hizo con escasos medios. al contrario de lo que le costó rodar en Monaco “Atrapa a un ladrón,” y “Los Pájaros”. Un hecho sin precedentes del que todavia ahora se comenta. Solo utilizó un decorado de cartón piedra que era el edificio de enfrente del apartamento de James Steward y nada más. Bueno, a los dos actores y la susodicha y maravillosa cámara. Y ¿si era también de mentira?
