CADA JUEVES UNA HISTORIA
Celia estaba destrozada. Su mamá después de médicos, operaciones y mucho sufrimiento se marchó para el cielo, según le contaba todos los días su papá. No comprendía como ella no podía ir con su madre, dado que todos decían que allá donde se encontraba se estaba muy bien. Celia no dormía y apenas probaba bocado.
Su padre queriendo arreglar la situación familiar, a los pocos meses se volvió casar con una viuda vecina suya con otra hija un poco mayor que Celia. El hombre lleno de buena fe, pensó que una mujer la animaría a comer y sabría como tratar a la chiquilla que tan mal momento pasaba. Además con una niña como ella la distraería y podría jugar a cualquier hora del día o de la noche porqué ella estaría siempre a su lado.
La idea era buena, por no se ejecutó de la manera que el buen hombre había imaginado. La vecina a pesar de haberle prometido que todo se haría, conforme a sus deseos, no fue así
La mujer resultó ser una arpía de tomo y lomo, y su hija no podía a ser menos Entre las dos relegaron al padre, a un segundo plano. Le quitaron la tutoria de Celia y así pasáron a tener las manos libres para hacer con ellos lo que el venia en gana. Y sin pensarlo dos veces les esclavizó.
¡Qué madrastrona...!
ResponEliminaPobre niña y pobre hombre que se dejó engañar por la cruel viuda. No sé por qué al ver lo que estaba sucediendo no la echó de la casa, los hombres a veces son idiotas.
ResponEliminaUn beso.
Que duro, espero que acabara bien...
ResponEliminaUn beso.
Algunas madrastras son como las del cuento de Cenicienta y lo peor es que las hay.
ResponEliminaBuen jueves Montserrat. Muchas gracias por participar y seguir jueves a jueves.
Un abrazo grande.
Tal como le ocurrió a la pobre Cenicienta!...esperemos que Celia no necesite un príncipe para romper esas cadenas!
ResponEliminaUn abrazo
Y es que los padres creyendo que hacen lo mejor para sus hijas....creia que eso de las madrastras eran historias antiguas pero por tu historia veo que no. Muy buen relato, besos.
ResponElimina¡Hola! Justo pensaba en Cenicienta. Pero mira que hay hombres que llegan a los extremos y no reaccionan >.< Pobre Celia.
ResponElimina¡Un abrazo!
Pobre hombre, a veces las buenas acciones acarrean sacrificios. Es una buena historia. Me hizo pensar un poco en cenicienta.
ResponEliminaSupongo que el hombre tendría buena fe, pero la verdad es que esperó muy poco tiempo para volver a casarse...podría haberse asegurado un poco más. Lo siento por la niña que no tiene culpa ninguna, la pobre.
ResponEliminaUn beso
Vamos, como la cenicienta. Es que hay cada madrastra.
ResponEliminaUn abrazo
Jolín, qué desastre. Como veo a Carmen en el cometario anterior, me queda la ilusión que llegue el Guerrero Azul y resuelva el entuerto.
ResponEliminaBesos, auqerida amiga.
Me recordó a un conocido cuento.
ResponElimina¿Habrá una salida similar para Celia?
Saludos.
!Que horror! Y pensar que hay madrastras así de este calibre en la vida real. Muy buen relato, muy original.
ResponEliminaBso
Ufff, qué tristeza, me recuerda la historia de mi padre.
ResponEliminaPobre niña indefensa.
Buen fin de semana.
Besos
Ni que lo digas Tracy. mas bién un demonio de madrastorra. La muy... Un beso y gracias.
ResponEliminahola Leonor. NO has oído hablar nunca de que hay hombres que són nos calzonazos. Pués este era uno de los gordos. Graciasp por comentar. Recibe un fuerte abrazo.
ResponEliminazs
Hola Fabián Madrid: no se como acabaria la historia, pero con una mujer así, muy bién no creo.
ResponEliminaGRacias por tu comentario.
Hola SAN: Si que hay madrastas endemonidas y malas y hay hombres que són unos calzonazos. Y como siempre,los chiquillos a pagar el pato-.Has sido un placer seguirte Un abrazo enorme
ResponEliminaBuenos dias Neo, ma vale que Celia no necesite al príncipe, porque lo iba a tener muy mal. Un abrazo y muchas gracias.
ResponEliminaBuenos dias Molí: Es verdad que en los timepos que corremos bo hay tantas madrastas porque para esto están los centro de acogida para los niños maltratados. Pero de puertas para dentro, siguen existiendo casos como el de Celia. GRacias por venir a mi pequeño foro, y recibe un abrazo.
ResponEliminaCierto amiga Rosana: hay hombes que merecen palos, pero bién gordos. Gracias por entrar en este pequeño debate. Un beso.
ResponEliminaSi, Sara Martínez. al fin y al cabo es un pobre hombre que ni se atreve a defender a su hija. Ya no digo defenderse él. Muy amable por tu comentario. Un saludo cordial.
ResponEliminaHola querida Charo: Pienso exactamente lo mismo qeu tu. Pero es queu estamoso hablando de un ser que es un muñeco y no un hombre. ASí le van las cosas a la pobre Celia. Un beso y un recuerdo cariñoso.
ResponEliminaHOLA CARMEN: parece al Cenicienta pero te olvidas del príncipe. Celia no lo tiene, la pobre,
ResponEliminaUn beso y gracias!
Hola Juán CArlos: Si jo también se lo decia a Carmen. Es el cuento de la Cenicienta pero con el lobo feroz incluido.
ResponEliminaUn abrazo gigante
Eso estaria muy bién, Demiurgo. Pero me temo que pinta mal. Y no solo para Celia. El futuro del padre, pende de un hilo.
ResponEliminaGracias por pasarte y dejar tu opinión. Un besote
Hola Yerry:si que es verdad, que existen madrastras como la de la historia.Pero quiero pensar que cada vez són menos. gracias por comentar. Un par de besos en la mejlla, y muchas gracias por tu visita.
ResponEliminaQuerida aamiga Musa. Los niños huérfanos, siempre son de compadecer. Aunque tengan buenos tutores que se cuiden de ellos, simpre les va a faltar el cariño verdadero. El de los padres que es el auténtico amor.
ResponEliminaGRacias y un abrazo entrañable.