Esta es la palabra que eligió Nuestra compañera Leonor Beltrán, a quien le tocaba de levar a buen puerto la singladura de este Jueves. La inminencia de los acontecimientos, la obligó a pasar el turno pero con el mismo texto que ha ella había dispuesto resultando ser una premonición. Querida amiga te deseo una soledad corta pero necesaria y reconfortante.
A vueltas con las Soledades
Ay!!! con las soledades. Cuanto se ha escrito sobre ellas! De las soledades involuntarias. de las deseadas, y de las circunstanciales.La edad de las personas y su carácter tienen mucho que ver con este tema. No siempre son el resultado de personas depresivas, o enfermas. Nada más lejos de la realidad.
La jovialidad, la alegría y los chismorreos, por supuesto, son enemigas frontales de la soledad, pero una forma de ser, serena y reflexiva, tiende a ser mucho más discreta y la soledad no le molesta en absoluto. Como les gusta pensar relajadamente en todas las cosas, estas personas se encuentran muy cómodas solas y en silencio.
Hay que pensar en las soledades forzadas: las que se dan en un centro hospitalario, en la UCI., la de las enfermedades contagiosas, y sobre todo con las mentales. En las de más reciente factura como son el Alzheimer y el autismo, éstas además de forzosas, son involuntarias y nada deseadas, si se tiene conciencia de ello.
No me dejaré los condenados por la justicia que son privados de la libertad, el tesoro mas preciado, y su aislamiento favorece a las mas desgraciadas soledades. Existe asimismo la soledad de los condenados a galeras, que la mayoría morían reventados, de tanto esfuerzo. Pero, esa es una soledad como la del náufrago, sobre los que se ha escrito largo y tendido, pero que nos queda ya muy lejos, para sacar conclusiones.
Lo que no es nada falso son las soledades buscadas de los religiosos, religiosas y budistas que en su clausura elevan su retiro y recogimiento a un estado de máxima felicidad y la viven junto con su religión y sus credos, gozosamente.