El silencio:
No descubro nada nuevo si afirmo que el silencio es de una importancia enorme. Sabed que es una manera sutil de castigo, y de tortura. Solo hay que pensar en los delincuentes y a los que cierran en un zulo completamente insonorizado y oscuro. Salen casi muertos. Eso los que pueden resistirlo. Porque el bullicio es para estos casos signo de vida y la certeza de que existe un mundo, en movimiento, que no están solos ya que la soledad en como el silencio: una mala compañera de viaje.
En cambio está otro silencio que todavía es más inquietante, pero que se nos hace muy necesario. Aquel que no podemos evitar, porque es el que nos da el pan de cada dia. El ruido que nos viene con el trabajo, y la diversión. Con salir fuera de tu ambiente en un lugar bullicioso y de parrandeo. un trabajador pongamos de una discoteca. u otro de una industria metalúrgica. incluyo también a los profesores de un Instituto. Estos són supuestos, que todavía resultan más dañosos y sus defectos ya no se pueden curar. -es la sordera parcial o absoluta.- Hay trabajos como prensas, chapistas, mineros, aeropuertos, hacen unos ruidos que alteran la salud de manera incontestable. Eso la Oms tendría que decir algo al respecto.
Y ya que hablamos de ruidos y silencios hace falta hacer una seria advertencia, a los jóvenes que con sus estridentes músicas se pasean por las calles de la ciudad con todos los decibelios que son capaces de arrancar de los grandes altavoces y que hacen caminar el coche sin gasolina. Jóvenes que ademas ponen en peligro su salud, pasan por las noches solo para despertar todo el vecindario, y esto es molesto.
Lo mejor de los sonidos es que por otro lado, nos brindan la oportunidad de gozar del silencio. y este es un disfrute que no es para desperdiciarlo. Porqué da reposo y total relajación a todos los sentidos. Hay que salir de la ciudad, y caminar un poco por le campo. La vida ya no se oye igual.
2ªparte:
Ayer tuve la suerte de comprobar una cosa bien distinta, a lo que he dicho hasta ahora. Rompí el silencio que tanto me agrada. Asistí a un concierto en el Auditorio de Barcelona que me fascinó. Un director que también es solista de violín, y sus 90 músicos hicieron las delicias del público que no le dejaba marchar, a pesar de habernos regalado unos vises fantásticos.
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dijous, 20 de juny del 2019
dijous, 13 de juny del 2019
PAELLA PARA LOS JUEVEROS
Ritos culinarios
Es verdad que después de una buena compra lo que más apetece es meterse en la cocina y preparar unas buenas viandas. Y esto es lo que me proponía yo aquella tarde de sábado, porque al día siguiente venían a comer mis cuñados, y quería quedar bien. Puesto que ellos en el fondo son unos grandes sibaritas. Así que me lo tome con calma y me dispuse a hacer cola a la parada del mercado donde el género es el más fresco del lugar, según dicen. La verdad es que las cigalas caminaban marcha atrás por encima del mostrador, como si fueran cangrejos.
Al día siguiente me dispuse a freír cuidadosamente todos los ingredientes incluidas las verduritas. Dejé que cociera todo un poco. Una vez hecho este primer paso, me dispuse a poner la mesa para catorce personas, entre grandes y pequeños, con la vajilla buena y la cubertería de plata con alguna cenefa de flores naturales para adornar y unas cintas bicolores que tengo en abundancia. Quedó un mesa preciosa. Yo me las prometía muy felices y empecé a preparar el aperitivo. Teníamos que beber y comer un poco para preparar el estómago para un plato tan exquisito y esperado.
Llegaron los invitados a su hora y todos entraron en la cocina atraídos por el olor que tan buen sabor prometía.
Eché el arroz y me agregué a los que tomaban el aperitivo, y nos pusimos a charlar animadamente. Cada tres o cuatro minutos me levantaba para acercarme a los fogones con el propósito de vigilar la cocción que iba según lo previsto. A los 15 minutos puse la tapadera, un trapo limpio de cocina y unos gajos de limón y me dispuse a salir con la paella en la manos y cantando “Tachán Tachán Tach…Y?” pasó lo que no suele pasar nunca. Porque sin saber como ni porqué tropecé con algo que había bajo mis pies, viendo como las cigalas corrían y rodaban por el suelo en lugar de andar patas atrás. Siempre, siempre, hemos recordado aquella comida que nunca llegamos a probar.
dimecres, 5 de juny del 2019
UN JUEVES CON REPORTAJE
Un maravilloso lugar llamado:
En algunos de los viajes que hacemos para estar con la familia, hemos visitado un montón de sitios. Mi hija ya se ocupa de que sea así. Pero esta semana pasada, nos hemos ido casi al fin del mundo. Por poco nos salimos del mapa.
Hemos visto un castillo feudal? No. Hemos visto un monasterio cisterciense? No. Un palacio de las mil y una noches? Rotundamente Nó. Hemos subido a la cima de una montaña? Tampoco.
¿que es lo que hemos visto y que nos ha impresionado tanto? Os lo explico: Imaginaros un jardín de cesped muy bién cuidado con muchas metros cuadrados lejos de las ciudad, y en la mitad de la nada surgen tres edificios equidistantes entre sí, de factura muy moderna solo unídos por unos caminos de tierra batida muy adecuados, para dar largos paseos o bien para trasladarse de un edificio al otro, (un auditrio al aire libre otro de invierno cubierto y con muy buena acústica y un castiilo
imitando uno de atíguo que hace las veces de hotel- Parador. La mente que diseñó este este conjunto, debía de ser un melómano tan enamorado de los sonido del pentagrana, como de verse rodeado de la Naturaleza virgen. Además de disponer de tropecientos, milloncejos de nada. En este solitario y exclusivo lugar pasamos un dia muy feliz, escuchando las voces de un coro infantil muy especial y de una calidad fuera de dudas, El concierto tuvo lugar en el pavellón cerrado de invierno igualmente cómodo y funcional. Allí se celebraron los 70 años de la fundación del coro cantando, que es lo que más les gusta un, repertorio de piezas clásicas, con guiños cada vez más frecuentes con la música actual. Enfín, un dia difícil de olvidar, y como lo prometido es deuda, he aquí mi reportaje.
Grafennegg
En algunos de los viajes que hacemos para estar con la familia, hemos visitado un montón de sitios. Mi hija ya se ocupa de que sea así. Pero esta semana pasada, nos hemos ido casi al fin del mundo. Por poco nos salimos del mapa.
Hemos visto un castillo feudal? No. Hemos visto un monasterio cisterciense? No. Un palacio de las mil y una noches? Rotundamente Nó. Hemos subido a la cima de una montaña? Tampoco.
¿que es lo que hemos visto y que nos ha impresionado tanto? Os lo explico: Imaginaros un jardín de cesped muy bién cuidado con muchas metros cuadrados lejos de las ciudad, y en la mitad de la nada surgen tres edificios equidistantes entre sí, de factura muy moderna solo unídos por unos caminos de tierra batida muy adecuados, para dar largos paseos o bien para trasladarse de un edificio al otro, (un auditrio al aire libre otro de invierno cubierto y con muy buena acústica y un castiilo
imitando uno de atíguo que hace las veces de hotel- Parador. La mente que diseñó este este conjunto, debía de ser un melómano tan enamorado de los sonido del pentagrana, como de verse rodeado de la Naturaleza virgen. Además de disponer de tropecientos, milloncejos de nada. En este solitario y exclusivo lugar pasamos un dia muy feliz, escuchando las voces de un coro infantil muy especial y de una calidad fuera de dudas, El concierto tuvo lugar en el pavellón cerrado de invierno igualmente cómodo y funcional. Allí se celebraron los 70 años de la fundación del coro cantando, que es lo que más les gusta un, repertorio de piezas clásicas, con guiños cada vez más frecuentes con la música actual. Enfín, un dia difícil de olvidar, y como lo prometido es deuda, he aquí mi reportaje.