El abominable hombre de las nieves.
Los chicos de la panda había quedado en encontrarse en el puente Viejo a las siete de la mañana. Hacía un frió intenso pero eso no representaba ningún problema para ellos jóvenes y valientes, sin miedo a nada. Eras las siete y cuarto y aún faltaban tres por llegar.
— Esta borrasca que se acerca les habrá hecho cambiar los planes._se dijeron Y sin pensarlo se dirigieron hacia el camino de la montaña que llevaría al pié mismo del pico de Mulhacen. Además, había nevado la semana anterior, y calcularon que estaría todo a punto de caramelo.
Después de dejar el atajo que les llevó hasta, se prepararon con sus enganches lazos y piolets. Tomaron un café muy caliente que devolvió el buen tono y las ganas de bromear a los tres. Pronto se encontraron con la tormenta de agua nieve que se vieron forzados a refugiarse debajo de un peñasco, donde apenas podían cobijarse.
Pero la tormenta iba a más. y empezaron a caerles por encima los desprendimientos de rocas más arriba. Empezaron a rezar, pero no sabían a quién. Y entonces ocurrió lo inevitable. Una gran piedra rodó tan cerca de uno de ellos, que por muy pocos centímetros los arrastra con la tremenda losa que se precipitó al vacío haciendo un ruido atronador. Los tres excursionistas empezaron a pensar en lo peor: Su vida peligraba. Pero el gran susto, se lo llevaron cuando oyeron por encima de ellos unos chillidos enormes de una bestia o persona, que no veían pero él no paraba con sus gritos O aullidos. Estaban aterrorizados y esto les hacía castañear los dientes y temblar como unos corderillos recién nacidos. En estas circunstancias y con El Abominable Hombre de las Nieves tan cerca de ellos, esperando el momento que se los comería o los echaría por el precipicio. De pronto una gran manaza coge a uno de los tres sin que nada pudiera hacer por impedirlol el contacto de su piel. belluda era tan desagrable que cerro los ojos Pero no; El Abominable Hombre de las Nieves, tan temido por todos y tan fiero, se disponía a salvar al vida de aquellos infortunados muchachos que no olvidarían, aquel gesto de generosidad extrema
No era el abominable hombre de las nieves, seguro que era el agradable helicóptero de las nueve.
ResponEliminaBesos.
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ResponEliminaMuy buen relato que me ha llevado a pensar que, muchas veces, los verdaderos monstruos están en nuestras mentes, y no en quienes etiquetamos como tal.
ResponEliminaUn placer leerte, amiga.
Un abrazo grande, y feliz tarde 😘
Que bien amiga , en esta ocasión el hombre de las nieves no les asusto al contrario les salvó sus vidas ...me gusto este final pq en verdad nunca pensé en él como un malhechor ..habladurías.
ResponEliminaUn abrazo y feliz velada.
Se ve que no era taaaaan abominable el muchacho. Jajaja, linda historia.
ResponEliminaAbrazo
Hola Juan L.:Seguro que era el helicoptero de las nueve. o es que se habían dormido y estaban soñando.
ResponEliminaTambién podría darse el caso de que el aboninable fuera el superamable hombre de las nieves. Muchas
gracias por tu divertido comentario. Salud.
Ginebra Blonde: Desde luego que nuestras mentes nos causan verdaderos transtornos con el miedo y con la
ResponEliminaansiedad.
Gracias por tu amabilitad. Te envío un abrazo grandísimo.
Campirela, buenas noches: He comenzado a escribir esta historia, pensando en describir un gigante feo y sanguinario, que no deja volver a su casa a los chicos. Y ya ves como he terminado!!! No soporto la violencia.
ResponEliminaUn beso y gracias!!!
Me he estremecido con tu relato y me he reído con el comentario de Jusn, parece que no puedo pedir más. Gracias por tu relato tan bueno. Abrazos
ResponEliminaEl Oso: Hola amigo, es verdad este hombre abominable
ResponEliminamás bién un hombre sencillo y amable, por arte de magia. Gracias por comentar. Beso.
Ester: Es que nuestro amigo bloguero Juan L. Trujillo, es muy sagaz y tiene un sentido del humor a flor de piel.
ResponEliminaGracias por regalarme, este "bueno" que me ha sabido a gloria.
Disfruta del finde tanto como puedas. Besitos.
Qué bonito!! Me ha encantado ese final feliz. No era tan malo el monstruo...:)
ResponEliminaMuchos besos.
Y nos damos cuenta con tu maravilloso relato que, los monstruos muchas veces los tenemos en nuestra mente
ResponEliminaUn abrazo
Los monstruos a veces salvan.
ResponEliminaBeso de monstruo.
Sakkarah: No, por lo visto no era tan malo. a lo mejor es que mis teclas han obrado el milagro. gracias por tu comentario. Un beso.
ResponEliminaMujer Virtual: Tienes toda la razón, amiga. ppero que le vamos hacer!!! las cosas són como són!!!
ResponEliminaun abrazo y un beso grande.
Hola Fabián: Siiiiiiii!!! ya lo creo. gracias y un besote.
ResponEliminaHay monstruos de carne y hueso que son peores que los que nos cuentan en las historias, y todo ello está en la mente, el monstruo más grande de todos.
ResponEliminaUn gusto leerte. Besos enormes.
Nunca hay que prejuzgar por la apariencia, jeje. Inesperado final, me alegra que está vez el monstruo fuera bueno! Un abrazo
ResponEliminaMe gusta ver al yeti en un papel solidario, pobre criatura, siempre condenado al papel de malo.
ResponEliminaGracias por participar, amiga. Un fuerte abrazo.
Magade Qamar: bien dices que son peores los hombres de carne y hueso, los de mentira se peuden manejar a voluntad, igual com lo he hecho yo.
ResponEliminaun saludo y muchas gracias.
Hola Neo: si se prejuzga a los abominables HOMBRES DE LAS NIEVES, puedes tener ana sorpresa. gracias por
ResponEliminacomentar y te deseo una feliz semana.
Juan CArlos: A mi también me agradan los monstruos mas humanos y menos malos. Pero esta visto que la història, los ha condenado a jugar su papel.
ResponEliminaUn abrazo y un gusto participar en tu convocatoria.
Me gusta eso de que la realidad de ese ser desmienta a la leyenda.
ResponEliminaSaludos.
Buenos noches amigo Demiurgo. Celebro que hayas llegado a esta conclusion. Graciss por venir a decirmelo. Abrazos.
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