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dimarts, 31 d’octubre del 2017
JUEVES DE TERROR
LO QUE NO SE VÉ.
Los dos hijos de Julia dormían en la misma habitación, mejor dicho en la misma cama, aunque había dos. Una para cada uno. El mayor de ellos después de leer a Harry Potter, se dormía como un madero.
Así que el pobre Iván que éste era el nombre del pequeño, ya sabia lo que le aguardaba como todas las noches. Pasar un miedo que le paralizaba la razón y todo el cuerpo. Los dos vivían con su madre, Julia viuda de un militar.
Un dia viéndose apurada de dinero, tomó un empleo, que le pareció estupendo, solo tres horas cada noche, con un sueldo pequeño, pero suficiente, para salir del bache y que consistía en disfrazarse de bruja, en un parque de atracciones. Era la que asustaba a todos los que subían en el tren de la bruja.
Cuando se marchaba por la noche, a trabajar dejaba unos cuantos disfraces en la percha, de los que no usaba aquel día para su papel en el famoso tren Lo que ella no sabia, era que por la noche aquellos ropajes que no se llevaba consigo, cuando ella salia del hogar, cobraban vida y se dedicaban, a perseguir a Ivan por toda la casa. Eran unos fantasmas grandes y ruidosos que con sus cadenas, le perseguían, y al final le cogían y le ataban hasta dejarle inconsciente y maltrecho al lado de su hermano. Al día siguiente, al despertar, le preguntaba si no habia oído los gritos de los fantasmas. Pero él al rato, tampoco no se acordaba de nada.
Hasta que por la noche, al meterse en la cama, se daba cuenta que aún no le había contado nada a su mamá. Le tocaría sufrir de nuevo.
Que miedo, aun siendo adulta tu relato es de los que quitan el sueño. Buenas noches, te mando un abrazo y una escoba
ResponEliminaQue horror para el pobre iván , tener que pasar el mal trago por los dichosos fantasmas ...la verdad que el miedo es algo que te paraliza y no sabes como actuar.
ResponEliminaFeliz noche terrorifícaaaa .Un fuerte abrazo.
¡Pobre Iván!
ResponEliminaY a la vez no podía dañar a los disfraces, porque eran lo que le permitía a su madre ganar algo de dinero. Y tal vez por esa misma razón, sea la que hace que no le diga lo que pasa.
ResponEliminaBien contado.
Buenas tardes, Montserrat:
ResponEliminaMe ha parecido genial tu relato.
Gracias por compartirlo.
Hola, Montserrat.
ResponEliminaEnhorabuena por hacer que se me encogiese el alma pensando en las terroríficas noches de la pobre criatura. Una manera muy creativa de mostrar los miedos y las inseguridades de los pequeños ante la oscuridad y la ausencia de los mayores. Enhorabuena.
Un abrazo.
Pobre Ivan! Y ademas sin la complicidad del hermano. Tu relato es genial, muy bueno. Besos.
ResponEliminaPobrecito Iván con su pobre memoria. Sufría y sufría en silencio y no disgustaba a su madre cuando ya se metía en la cama.
ResponEliminaMuy buen relato. Rápido y sobrecogedor.
Enhorabuena
Con su madre en el trabajo y su hermano dormido, no es extraño que una mente infantil como la suya creara fantasmas perseguidores y amenazantes. Incluso yo lo hubiera hecho al menor ruido.
ResponEliminaUn fuerte abrazo.
Cullons,, pocbre pequeñajo...si me persiguen a mí esos tipos, salgo por la ventana y llego a Portugal.
ResponEliminaBesos.
Pobre, sufrir en silencio es lo peor que existe.
ResponEliminaUn abrazo
Pobrecito de Iván, lo terrorífico de esas noches no lo debió olvidar nunca.
ResponEliminaCuando se está de esa edad la vulnerabilidad de la mente es fatal. Al caer la noche todo lo que nos rodea nos espanta a morir. Un lindo y terrorífico relato, Montse.
Un saludo
Curioso que unos trajes cobren vida y persigan a un niño, pero supongo que en Halloween puede ocurrir cualquier cosa. Divertidamente terrorífico.
ResponEliminaUn abrazo.
Madre mía, pobre niño! Menuda experiencia más terrorífica, eso no se olvida en la vida, aunque parece ser que Iván era de memoria floja porque olvidarse de contárselo a su madre...
ResponEliminaUn beso
Hola Ester: agradecida por tu comentario querida amiga. Pero si he de escribir sobre miedo, algo tendre que inventarme, no?
ResponEliminaAcepto guatosa el abrazo, pero rechazo la escoba: Tengo un magnífico aspirador. Besotes.
Campirela: El miedo es una fuerza, intimidatoria que un niño dificilmente puede dominar. Pero no todos los niños son iguales.
ResponEliminaquizás Ivan se doliera mejor por encontrarse solo. Un detalle muy
importante.
GRacias por dejarme tu opinión, te mando un abrazo enorme.
Tracy, buenas noches. gracias por tu visita. Te envio una sonrisa franca pero triste.
ResponEliminaHola Demiurgo: Verdad que puediera ser cualquiera de estos supuestos, pero creo que no hay que buscarle los pies al gato. Un niño tiene miedo, y es de lamentar, pero es un hecho que se da frecuentemenete.
ResponEliminaMuchas gracias, por tu comentario y mucha salud
Hola Nino: es un gusto y un privilegio, escribir una pequña historia, que alguien tan simpático, como tú la lea y la valore. gracias y te deseo y una semana productiva y feliz
ResponEliminaAlicia Uriarte: Me sabe mal haberte hecho sufrir con el relato. Y al mismo tiempo me alegro que te haya gustado como texto. por todo ello te doy las gracias y te mando un par de sonrísas contentas.
ResponEliminaHola Molí: Cierto que el hermano podia haber evitado el horror que el niño sentía cada noche. Pero era mas tranquilo, o que él ignoraba la situación.
ResponEliminaUN ABRAZO Y GRACIAS
Rhodea Blason: Gracias por venir a mi casa virtual,donde eres simpre muy bienvenida. Me ha gustado tu comentario. Unos abrazos fuertes
ResponEliminaHola Pepe: Estos hechos se podrian haber evitado, con la ayuda del hermano o el haberlo confesado a su madre. Pero las cosas són sí porqué siempre hay algo que es el detonante. Gracias po comentar y por tu fidelidad. Un abrazo
ResponEliminaHola Juliano: Bienvenido a mi blog de andar por casa.
ResponEliminaVeo que estás aprendiendo catalán, aunque no esté de moda en estos mometos. Gracias por ello y recibe un saludo muy cordial, amigo.
Carmen Andújar: desde luego que si a este chiquillo huubierea tenido la mano de su hemano cogida a las suya, las cosas habrian sido diferentes.
ResponEliminaGRacias y os deseo un feliz domingo.
Mi querida Yessy: Seguro que no las olvidaria en mucho tiempo y que estaria deseando que su madre dejara el trabajo. Pero no se lo comunicó nunca, con lo que habrian cambiado las cosas! Gracais y te mando un abrazo dominguero.
ResponEliminaJose Antonio López Rastoll.
ResponEliminaA simpel vista ma ha parecido que te llambas Roschil. Ya veo que eres mas próximo de la cualcosa me alegro un montón. Gracias y besos muy abndnantes
querida Charo: Qiue bién que has etiquetado al niño, pero el pobre si no se acordaba, tampoco era culpa suya. Te agradezco el comentario y te deseo un feliz domingo.
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