CADA JUEVES UN RELATO.
En la quietud de la noche solo se oia el ruido suave del los pinos, mecidos por el viento. Un ruido que iba a menos cuando el viento se convertia en brisa. A la madrugada, ya empezaba el trasiego de la carretera, primero los camiones de gran tonelage con sus grandes rugidos y luego los automóviles silenciados, por una mejor combustión y por la ligereza de su peso y carga. Jamas oyó una voz. humana Le parecia estar en mundo que se autoalimentaba solamente de combustibles vegetales combinados con oxígeno y demás produtos químicos.
Llevaba tres dias en auquel barranco donde fué a parar su utilitario al derrapar por la fuerte lluvia que caia y quizas por su inexperiencia al volante. Desde el accidente ya habian transcurrido tres noches largas de silencio desesperado. Al fín oyó los ladridos de un perro que daba vueltas alrededor del coche, moviendo la cola sin cesar. Era de la policia, y estaba adiestrado para estas emergencias. Luego aparecieron dos policias uniformados y detrás de ellos bajaban a paso mas lento, algunos familiares. Ya no podia gritar ni llorar, estaba al borde del colapso. En la caida con varias vueltas de campana incluidas, se habia roto un pierna, el codo i varios dedos por lo que tuvo que permanecer y permaneció inmóvil, durante tres dias Su pesadilla habia acabado y jamás volió a amar el silencio
Soportar este terrible y desesperado silencio es un trauma.
ResponEliminaHola Montserrrat, que sepas que no te olvido.
Molts petons.
Ese debe ser el peor de los silencios. Un abrazo
ResponEliminaLos ladridos de ese perro debieron sonar mejor que la mejor música del mundo.
ResponEliminaimpresionante el silencio al extremo!! Cuántos pensamientos le habrán desfilado en esos tres días soportando soledad y dolor.¡habrá sido como un siglo adentro del SILENCIO! ¡saludos amiga!
ResponEliminaDios !... un silencio espantoso !.
ResponEliminaBesos de luz.
¡Buen reposo !.
Qué situación espantosa! Qué difícil resistir a todo eso, me alegra que finalmente lo hayan encontrado.
ResponEliminaUn beso =)
Comprendo que tras esa experiencia desastrosa no quisiera ni oír hablar del silencio.
ResponEliminaHay circunstancias en las que el silencio absoluto es la peor tortura que debamos soportar. Nos relatas un ejemplo.
ResponElimina=)
Un silencio el del protagonista de tu relato que deseaba terminara pronto. Menos mal que el relato tiene final feliz. Besos.
ResponEliminaUna historia cruda y asfixiante, no me preguntes porqué, porque mis relaciones neuronales no las entiendo ni yo, pero me ha recordado a la película de la cabina, ufff, que escalofrios!, has hecho llegar perfectamente ese silencio angustioso, muy buen relato, si señor, miles de besosssssssssss
ResponEliminaQue tragedia, y que silencio mas horroroso. Me gusto tu texto, muy original y creativo.
ResponEliminaBesos
pues es un silencio desesperado. Menos mal que cesó.
ResponEliminaMenos mal que tuvo un final feliz. Esos silencios yo tampoco los quiero.
ResponEliminaUn abrazo
Qué horror: para odiar el silencio de forma permanente.
ResponEliminaCiertamente Anna, un gran trauma.Yo tampoci te olvido
ResponEliminaAmiga. Esperando que el arròs no se nos pase, te mando un abrazo del oso.
Supongo que sí. Ha ser una situación desesperada. Gracias por comentar Ester. Un abrazo cariñoso.
ResponEliminaEs verdad Demiurgo, primero el perro y por fin la libertad!
ResponEliminaRecibe mi agradecimiento por tu visita.
Un fuerte abrazo.
Hola lLao: se de dos casos verídicos, pero este es ficción.
ResponEliminaPero me puedo imaginar lo llargas y amargas que deben ser las horas dentro de un habitáculo pequeño sin poder salir por las heridas o huesos rotos.
Gracias per entrar y opinar.
Hola lLao: se de dos casos verídicos, pero este es ficción.
ResponEliminaPero me puedo imaginar lo llargas y amargas que deben ser las horas dentro de un habitáculo pequeño sin poder salir por las heridas o huesos rotos.
Gracias per entrar y opinar.
L'autor ha eliminat aquest comentari.
ResponEliminaUn silencio forzado y padecido el del protagonista de tu relato... pero a todo se le pierde el respeto y el tiempo podrá de nuevo ruidos en su vida.
ResponEliminaBesos
Maria:de.Carmen Lacer: queria amiga espero no encontrarme jamàs en esta situaciion. Gracias por venir a verme.. Un abrazo con el aire fresco de la montaña que huele a setas.
ResponEliminaEse silencio tiene que ser terrible. Y esos ruidos que llegan de salvación algo maravilloso.
ResponEliminaQue no tengamos que conocer esa situación.
Besos.
Y tanto que es uns situación dificil. Hay que pensar que la víctima no sabe como va acabar. Esto debe ser lo peor. No olvides amiga Sindel que este relato está inspirado en la realidad, pero que es ficción.
ResponEliminaGracias. Por tu comentario. Ya sabes lo mucho que me gusta que me visites. Un beso de miel.
ResponEliminaTracy: Yo tambien lo comprenderia. A partir de ese momento, no dejaria de tener la música a todo gas, dia i noche. Un abrazo y gracias.
Cierto Neo. Esto lo demuestra a las clares.
ResponEliminaTe envio un abrazo muy enorme y muchas gracias.
Cristina Piñar: un gran placer de recibirte, hacia dias que no sabia de ti. Muchas gracias por comentar y besos muy càriñosos y àbundantes.
ResponEliminaQué situación tan tremenda! Basta ponerse en la piel del protagonista -si eso es realmente posible- para imaginar la desesperación de esos tres días.
ResponEliminaCiertamente que esas penosas instancias quedarán marcadas para toda su vida... y el eco de ese silencio horroroso será como una sombra. A medida que te leía, Montserrat, la tensión me iba atrapando cada vez más!
Besos!
Gaby*
Feliz encuentro con esos ladridos y voces humana, el encuentro de la salvación. Un bes
ResponEliminaFeliz encuentro con esos ladridos y voces humana, el encuentro de la salvación. Un beso
ResponEliminaSusurros de tinta: Sobretodo asfixiante. y muy dura.Pero aunque esta innpiradas en casos verídicos esta concretamente es ficción.
ResponEliminaGracias por comentar.ESpero que,mejores de tus neuronas.Tomalo todo con calma.Un abrazo
Yessy kan: te agradezco mucho que me leas, y que me digas que te han gustado mis relatos. Te envio un ramo de rosas rojas, y un fuerte abrazo.
ResponEliminaSi Rochies: menos mal que la persona que estaba ahí pasaco dolores, frío, soledad y silencio, pudo zafarse de tan cruel destino que la esperaba.
ResponEliminaGracias por comentar. Un beso dulce.
Yo digo como tú, Carmen Andujar: menos mal que terminó bien. Has de saber no obstante, que ha habido casos, que no ha sido así.
ResponEliminaFeliz semana! un abrazo del oso.Y
C R A C I A S !!!
Tienes razón Mariajesús. Es como
ResponEliminapara aborrecer el silencio de por vida. Un abrazo con sabor a eucaliptos, y muchas gracias!!!
Alfredo: si es una persona joven resistirá todo y aunque se acuerde, rehará su vida y todo volverá a ser como antes.Ahora bién si es una persona de edad, ya lo veo mas difícil.
ResponEliminaGRacias por tu razonado comentrario.
Te envio un saludo muy cordial
ojalà no tengamos que pasar por un trago así, amigo Juan Carlos. porque ha de ser terrible,también para la familia. Un abrazo fuertísimo para ti y mi mas sincero agradecimiento por tu comentario..
ResponEliminaG A B Y*: Si, este relato produce tensión, agobio y clustrofóbia. pero,aunque puede ser verdad,esta vez es de mentira. Osea solo fruto de mi imaginación.
ResponEliminaFeliz semana amiga mia, y disculpa si te he hecho sufrir.
Te mando todo mi cariño y mi agradecimiento por tu visita.
Maria Jose Moreno: me imagino al ver que ya la habian encontrado, la alegria,seria inmensa. Ya se veria salvada que era lo mas importante.
ResponEliminaGracias por visitarme y comentar.
Muchos besos.
Un silencio trágico y desesperante. No es extraño que a partir de esos momentos, de ese renacer, no quisiera volver al mutismo de todas las cosas.
ResponEliminaUn beso
Hola Rosa. Era el límite. las ayudas llegaron en el momentoto justo. Te doy las gracias por tu comentario.
ResponEliminaUn abarazo y un beso.
Los silencios forzados, aquellos impuestos por las circunstancias, nunca son buenos, menos aún si de romperlos depende nuestra propia existencia. No es de extrañar su rechazo posterior a cualquier forma de silencio.
ResponEliminaUn fuerte abrazo.
La vida pasaría a cámara lente frente a sus ojos en esos silencios impuestos, terrible experiencia la que vivió y que tú nos la dejas sentir a través de tus palabras.
ResponEliminaBesos.
Dices bien Pepe. Trás la experiencia, ya no se quiso quedar sola jamás.
ResponEliminaGRacias por venir y comnentar amigo.
Saludos y muchos besos
I tanto que sí. Ya lo creo. las horas debian hacérsele eternas. Y aquel silvido de los pinos insoportable.
ResponEliminaMuchas gracias amiga San. Que goces plenamente de esta semana otoñal.