LOS SONES PRIMAVERALES.

Ellas no suenan pero le dan color i fragancia a la primavera.

 Los más detacados sones que se escuchan en primavera, son sin duda alguna, el griterio de los pájaros o aves de corrall. Andan todos revolucionados con el sol que ya empieza a calentar. Los primeros acaban de llegar de las tierras cálidas de ultramar, y están contentos de reencontrarse, con sus antiguas moradas.
Con el buen tiempo, otro de los ruidos que me  llaman poderosamente al atención, es el de los niños, al salir de clase. Los que tienen una escuela o instituto cerca podrán comprobar que saltan y corren, con una vitalidad fuera de lo común. Y la sonoridad de sus juegos i peleas se hace mucho más patente. En general los ruidos de la primavera, con siempre más fuertes, o se oyen más porque  empezamos a abrir puertas y ventanas y parece que en las  calles haya más alegria de vivir. Los clientes del bar de la esquina ya van llenando las terrazas i se oyen sus conversaciones i chismorreos. Acaban de llenar el ambiente los  caturreos de las diferentes voces de los que trabajan al aire libre, (las mujeres al limpiar su puerta, los albañiles que no se dan un respiro, y  todos emulan a Manolo Escobar..Digan lo que digan la primavera es y  ha sido siempre una fiesta para los sentidos. Los recuerdos de de mi infacia me traen los sones de la vida en la motaña, donde se espera con verdaderas ansias la llegada del buén tiempo. Y allí se suelen escuchar además a las abejas, las primeras cigarras y  el croar de alguna rana, Los riachuelos también cantan a los dias largos  y soleados llevando para las tierras bajas más caudal de agua, que con su ronroneo, conforman una música especial, su sonido agradable y nítido es de los más característicos  y placenteros. Entre este manojo  de vivencias, audibles no se puede olvidar nombrar al herrero con su martillo y su yunque y el paso de las horas señaladas con las campanas de la vieja iglesia románica  en al cima del pueblo.