Historias para no dormir
Para la propuesta de hoy, no tendremos que desplazarnos demasiado lejos. Ni tan siquiera agudizar o exprimir nuestro ingenio. Todos tenemos un geriátrico cerca, i en estas casas de aparcamiento de ancianos, las hay de todos los colores. Para todos los gustos. Solo hay que detenerse y escucharlos, porque tienen mucho que explicar y ademas les damos un gusto que ellos, bien se merecen.
Conocí a Dolores una mujer de ochenta y tantos, que vivía en la residencia Felix Millet de mi antigua ciudad. Era jovial, alegre y dicharachera. Nos hicimos amigas. Pensé que ella no era como todas, siempre tristes y llorosas por sus problemas físicos y por el abandono que venían sufriendo, de sus parientes mas cercanos. La mayoría de sus propio hijos. Ella cantaba y bailaba, como unas castañuelas y ere una placer conversar con ella. Pero un buen día, dejo de venir. Fui a la “casa”, como ella la refería siempre y me dijeron que aquella noche había muerto. Por lo visto, me contaron sus amigas, un resfriado malo, la había cogido por sorpresa y se fue para el “valle Josefa”, también emulando sus palabras. Me llevé un gran disgusto, pues le había tomado mucho afecto Fui al entierro al día siguiente y a continuación hablé con al directora de la Residencia, a la que conocía un poco.
Ella me contó el gran drama de esta extraordinaria mujer: De joven y al morir una cuñada suya de parto, se hizo cargo de su sobrino recién nacido: Lo acogió, lo crió y lo educó, como a su propio hijo. No; mentira. Lo quiso mas. Por él renunció a todo. Lo quiso por amor verdadero que no impuesto, y su “Paco” se hizo hombre, se casó y tuvo dos hijos. Pero su Paco "agradecido", la echó de su propia casa, se supone a instancias de su mujer, y ella tuvo que ingresar en el geriátrico. Pero esta no fue su mayor desdicha, aún siendo muy deplorable. Murió de pena, el día que la prohibieron ver a sus ”nietos” a los que, dos días en semana iba junto al patio de su colegio y podía verlos, hablar con ellos y darles alguna bolsita de chuches.
Desde que no pudo practicar este último acto de amor, la pena pudo con ella.
Esta historia es real y doy nombres y sitios verdaderos.
Tremendo. Da ganas de morirse hoy, cuando todavìa hay tiempo...
ResponEliminaMuy bien relatado, aunque para el caso, no importan los nombres ni los datos, porque es una historia que salta a los poros de quien la cuenta, lo cierta y triste que es.
Un fuerte abrazo, y que la vida te depare amor y dignidad. (y si algún día sucede que nos toque estar tristes de soledad, trendremos para recordar estos jueves que tanto cariño nos regalan, verdad?)
Es una triste realidad, pero a veces no queda más remedio que ser algo egoista para sobrevivir, pero claro la cuestión es si compensa sobrevivir en tales circunstancias. No puedo decir más, a veces lo socialmente encomiable puede ser moralmente insufrible. Petonets querida.
ResponEliminaReal, muy triste y más común de lo que pensamos. Los ancianos requieren demasiados cuidados y la vida actual no nos permite parar un poco el ritmo. He conocido muchos casos parecidos y no solo en aquellos mayores que no han tenido hijos, también se ven en esta situación con familia numerosa.
ResponEliminaUn beso.
Una historia muy real que por desgracia vivimos todos los dias.
ResponEliminaLa vida a veces es muy ingrata, o son ellos??.
Hay realidades que parecen historias.
ResponEliminaLa triste realidad de los mayores aparcados en residencias, a veces por no poder atender, a veces (muchas más de lo que creemos), por no querer atender.
ResponEliminaPetons
Anna J R
Es muy triste esta realidad, sí, y muy frecuente por desgracia.
ResponEliminaY has calificado muy bien algunos de estos geriátricos como "aparcamientos de ancianos".
Vamos todos camino de esa cita, pero es terrible hacerse mayor.
Un beso con mucho cariño, querida Montserrat.
Ya. me lo creo. Hay personas que no merecen vivir, por tratar así a su família. Es un ejemplo que por desgracia se ve con bastante frecuencia.
ResponEliminaUn abrazo
Tinc el cor en un puny amiga...pensar que puguen passar coses així és una manera de veure fins a quin punt pot aplegar l'ésser humà.
ResponEliminaPot ser siga un relat, pero de vegades la realitat supera la ficció.
Montserrat, amiga, has escrit un relat digne de llegir per reflexionar.
Una enorme abraçada, molt gran.
Besos!
Triste, terriblemente triste. Lamentablemente no siempre se puede decir que se cosecha lo que se siembra. No para esta pobre mujer al menos...
ResponEliminaUn abrazo
Hola Montserrat.
ResponEliminaSaps m´es emocionat en aquest relat veridic,
De vegades no sabem les circunstancies de cada familia.
Pero ni siquiera dexarli veurer els nets ¡es molt gros! i trist molt trist.
Una abraçada tocaia, Montserrat
Triste realidad la de esta historia que nos cuentas. Como esta existen muchas. Yo cuando era niña vi en mi pueblo de la costa a una anciana que arrastraba un saco con sus pocas pertenencias. En el pueblo dijeron que esa mujer repartió sus bienes entre sus cuatro hijos, y una vez hecho esto la echaron a la calle. Una pena que haya gente tan desalmada.
ResponEliminaUn abrazo.
Hola Casss: cuanta razón tienes, amiga. Desde luego que si. Valdría mas no llegar a viejo para verse así.
ResponEliminaEn el mundo de los mayores se tejen y existen muchas injusticias.
La gente joven se piensa, que ellos estarán siempre guapos, fuertes y diestros en todo. jajaja!!! Ahí les quiero ver!!!. Un beso.
p.d. buena idea el recordar "los jueveros".
Hola Eme: Para nada compensa llegar a viejo para vivir estos calvarios. Y estas soledades, y estos abandonos, y tantos y tantos desdenes. Muchas veces injustamente.
ResponEliminaGracias por entrar y dejar tu opinión
Un abrazo.
Hola Leonor. Si que son mas comunes de lo que nos pensamos, casos como el que explico. Lamentablemente. La modernidad nos ha traido esta lacra tan cruel.
ResponEliminaEn al antigüedad los mayores eran el mejor activo en al casa de los jóvenes. Ahora los pisos no tienen cabida para nadie. Los abuelos son los que estorban y los primeros en salir. Y lo malo es que los niños, ya lo aprenden así. Justamente para aplicarlo a sus padres en la próxima generación.
Saludos muy cordidales.
Hola Pakiba: Veo que tu tambíen te conoces el percal. Casos hay los que quieras y mas. Esto dice muy mucho y malo de la socidad actual.
ResponEliminaGracias por venir a contarlo. Un beso.
Terrible historia que angustia. Morir por no poder dar el último acto de amor que podía ofrecer. Esa tristeza que le firmó el final por ya no sentirse útil, no poder dar ese amor que tenía. Besos, muy conmovedor de verdad!
ResponEliminaLa realidad supera la ficción, así nos lo muestras Montserrat, dura historia para una mujer generosa y aún así hizo feliz a los que tenia a su alrededor.
ResponEliminaUn abrazo.
MARIAJESÚS: Una muy buena conclusión, sí señor, para qué andar con rodeos.
ResponEliminaGracias por tu visita.
Un abrazo.
Mira Anna: Casi siempre el que quiere puede. pero la verdad de tanta injusticia, solo Dios la debe conocer.
ResponEliminaMuchas gracias amiga por tu amable comentario.
Isabel: dices muy bién,que estas noticias nos llegan demasiado a menudo. Creo que me he pasado un poco con la definición de los geriátricos, pero,se le acerca bastante.
ResponEliminaAgradezco tu comentario infinitamente. Un beso.
Es fácil a veces opinar sin conocer circunstancias. Porque he estado cuatro años pisando geriátricos y sé que hay ancianas y viejas, ya sea por enfermedad o por carácter. Hay tristeza en el momento de la separación pero es muy real que también se sienta alivio junto al dolor de apartarse de un anciano o anciana que nos ha dado la vida. Puedes visitarles una vez por semana, acompañarte de los niños, tranquilizar tu conciencia, pero el malestar está siempre presente. Llega el día en que reconoces que has actuado bien, que la persona anciana depende en su vida de unos cuidados que no podías dispensarle ni pagar en el hogar. Acabas con tus ahorros, con los suyos y pides ayuda a quién pueda dártela, los centros residenciales son impagables y tristes a la vez...
ResponElimina¿qué hacemos con quién no quiere ayuda, ni se deja ayudar y no puede sobrevivir sólo?
Es muy difícil decidir por los demás y a veces hay que decidir por ellos, por su vida y su seguridad.
No sé si se entiende lo que quiero decir y si no es así, pregunte, pregunten...
Un beso bien gordo y un cafelito. Feliz día.
Hay casos y casos. El caso que detallas tan pormenorizadamente nos pone ante una persona que aparentemente podría estar viviendo con "su Paco" y sus nietos, sin constituir una carga insuperable. Se trata, por tanto, de un caso donde el egoismo y el desamor de "su Paco", queda patente. No todos los ancianos que están en residencias geriátricas lo están como consecuencia del desamor de los suyos, sino desde el convencimiento de que necesitan además del afecto, multitud de continuos cuidados, una dedicación plena que la familia se sabe incapaz de prestarles.
ResponEliminaUn abrazo.
Carmen Andújar: Tratar así a cualquier persona es un delito, pero si se hace a una persona vieja e indefensa, ya no tiene perdon de Diós
ResponEliminaGracias por tu comentario, y aprovecho para enviarte un fuerte abrazo.
Hola Remei: no m'extranye pas que t'hagi afectat el meu relat. Una persona tan humana com tu, que has estimat tant a al teua avia, que l'heu cuidat i mimat fins al darrer dia. no es rar, dic, que t'ahagi fet mal el cor, aquesta historia. Un petonet, guapa.
ResponEliminaHola Noegéminis: Tienes razón, no siempre se cosecha lo que se siembra. Tambien esta el facor suerte, en al vida de cada persona.
ResponEliminaMuchas gracias por entrar a trapillo, como se dice vulgarmente.
Recibe mil besos amiga.
Montserrat Llagostera: Tú ho deus viure motes vegades aquest drama.I es una pena que passi. però la Vida no es mai un camí de roses. I els vellets encara ho tenen mes difícil.
ResponEliminaUN petó de l'òs
Hola Encarni: Si qeues triste sí, vivir una situación tan grave de desamor y olvido. afortunadamente no todo el mundo le pasa lo mismo. Hay mucnos abuelos que aún estando en la residencia, tienen la compañia de los suyos y todo su cariño.
ResponEliminaGracias por venir a decirme tu parecer. Un abarazo grande.
Veo que la historia te ha conmovido. Seguramente habrá sido porqué sabes que es real, que ha pasado así tal y como lo explico, y esto emociona más.
ResponEliminaY llega dentro.
Muchas gracias por tu comentario.
Vaya montse...que triste leer esto y que cierto!!!
ResponEliminaEl otro diía leia que habian dejado a un matrimonio de ancianos en una gasolinera, su hijo los abandonó...
Asi somos los humanos, aunque haya alguno bueno, hay demasiados asi...
Petons
Cuanta tristeza habrá poblado sus noches, sus momentos en soledad. ¡Cuando dolor!
ResponEliminaCuanta miseria puede tener un ser humano al ser indiferente y escupir la mano que seguramente, trabajo para el, resigno para el, y sobre todo acaricio sus propios dolores.
Un abrazo grande.
Lo que tan gráficamente describes debería considerarse puro maltrato psicologio y estar penado.
ResponEliminaUn beso
Terrible la mala suerte de la anciana,cuando más necesitaba apoyo,y amor, la vida le da la espalda, y le muestra su cara más dificil.
ResponEliminaAparcamientos de ancianos, que frase más clara, y más dura, pero tan real....Que asusta !!
Besos Monserrat amiga.
Una historia muy triste, de gente que no merece ser tratado como lo ha sido, no puedo entender como se puede pagar así a quién ha dado la vida por nosotros.
ResponEliminaMe da mucha pena que esto haya sucedido, pero sé que hay muchos otros casos, lamentablemente.
Un abrazo.
mi comentario será una historia vivida por mí...
ResponEliminabien, una prima mía tenía una residencia acá, en mi pueblo. en ella, ancianas y un sólo anciano. por la residencia pasaba yo todos los días. incluso algún fin de semana cuidaba yo de las viejas y del viejo. como por edad suele ocurrir, la mortandad era alta, altísima. así que poco a poco se fueron yendo . y con cada muerto, un dolor, ese dolor que provenía del poco o mucho cariño que les había tomado. fue tal la situación, que ...ah, decir que cada vez que uno moría, mi prima me llamaba para ayudar con el cadáver...fue tal la situación a la que llegó la cuestión de los dolores, que un buen día me negué a ayudar con el muerto correspondiente: ¡¡y es que no quería más dolores!
eso sí, dejé de tener miedo a los muertos...
medio beso.
Hace varios relatos comentaba que la deuda con los padres se paga con amor. Ese Paco tiene una deuda que merecería un desahucio afectivo.
ResponEliminaAl menos ella fue capaz de mantener la actitud alegre sobre su pena.
Besos.
Terrible historia y más cuando se sabe que es real, Montserrat.
ResponEliminaHay que ver lo que han cambiado los tiempos. Ya muy poca gente se hace cargo de sus mayores cuando no se valen por ellos mismos. Todos estamos muy ocupados pero pienso que hay que dejar un hueco para el amor por nuestros mayores. Ya llegaremos y veremos lo que se pasa cuando te ignoran.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Espeluznante realidad nos traes.
ResponEliminaBesos
Buenos dia San;la realidad. supera la ficición, también en este tema. Que lástima, verdad?.
ResponEliminaGracias amiga, por tus palabras.
Un beso.
Cierto Censura silo XXI, hay casos y personas, que nos indican que no siempre las cosas son así. Hay ancianos, malos y perversos, quien lo duda. las personas que de jóvenes lo son, de mayores agudizan su mal genio y no se les puede aguantar. Estoy completamente de acuerdo, contigo con todo lo que expones. Y también veo y comprendo,
ResponEliminaque hay ancianos que por sus enfermedades no se pueden tratar a nivel particular.
muchas gracias, por tu valuosa opinión. en abrazo
sí Pepe. No ignoro que hay casos en que al convivencia se hace imposible, por las razones que sean, y es entonces a cuando hay que cortar por lo sano. Gracias por entrar y decírmelo.
ResponEliminaUn saludo muy cordial
Hola Pluvisca: todos estos casos, son muy tristes. Pero le que tu cuentas también tiene tela.
ResponEliminaGRacisprotu comentario. amiga mia.
qeu tengas una feliz samana.
Hola Ceci: tu sabes que dicen: Cria cuervos...que te sacarán los ojos.
ResponEliminanada más cierto.
Recibe una cariñoso saludo.
Hola Manuel. pienso lo mismo que tu, pero no solo en este caso,, sinó en muchos otros casos que existen y que todos lo sabemos.
ResponEliminaTe doy la mas efusivas gracias por venir a mi casa y contar tu opinón.
Un abrazo
Lucía M.Escribano: suele pasar así.en la vejez, que es cuando la salud empieza fallar, cuando el factor económico,esta mas flojo porque ya no se gana y las pensiones se quedan muy cortas. entonces llegan estas situaciones de soledad y desemparo, la verda es que no es como para echar cohetes.
ResponEliminaSón de tristes realidades, amiga.
recibe un abrazo
Hola Sindel: Sí que abundan se casos sinó tan extremos, ero de frecuentes olvidos. Hay muchas familias que una vez esta el anciano en la residencia, se olvidan de él, hasta que les avisan que se ha muerto.
ResponEliminaEs tristísimo y denigrante. Un fuerte abrazo y hasta que podamos hablar de otros temas
Pués Juliano, por lo que dices, tu también has tenido experiencias muy desagradables. No miento, salvo honrosas excepciones,qeu las hay, en las residencias, suele reinar la soledad y la incomprensión
ResponEliminaUn beso bien grande.
Hola Juan Carlos: A mi me parece que este Paco, pagará por su fechoria, cuando le toque a él su turno. Al fin y al cabo esto es lo que les ha enseñado a sus hijos.
ResponEliminaTe envio mis respetos,y mi agradecimiento por tu comentario.
Hola Mos: Ya lo creo que han cambiado los tiempos. Y mucho. Y en este aspecto todavía más.
ResponEliminaSolo que han cambiado a peor!!!
Pienso que estamos al otro lado del péndulo. Ya pronto estaremos de regreso. Así lo espero.
Gracias por entrar y por tus amables palabras.
Maria Jose Moreno: Por desgracis es eso que tu dices. me gustaria no tener que escribirlas estas tristes historias. Mejor siempre, crear paisajes y otra clase de relatos.
ResponEliminaPero conviene despetar las conciencias, y pensar en lo injustos que podemos llegar a ser.
UN beso y gracias por comentar