Pàgines

dimecres, 12 de desembre del 2012

ESTE JUEVES. RELATO A CUATRO MANOS

 Aquella casa donde había sido tan feliz, ya no olía a jazmín ni a hierbabuena. Ni sus geranios dispersos en multitud de  macetas por las ventanas, eran lo que siempre  habían sido, un arco iris de color que alegraba cada uno de aquellos ojos abiertos al sol.  Ahora adolecían de color, estaban mustios, les faltaba riego, poda y abono.
  En los últimos meses su vida había experimentado un giro inesperado. La fatiga constante y los dolores de sus huesos, ya gastados por los años, se habían visto  acrecentados. Ella, con su vida pacífica y ordenada,  había aceptado un vendaval de emociones y un torbellino inesperado con la llegada de su hijo y sus dos nietos.
  El hombre, que ya hacía más de dos años que estaba sin trabajo, no podía seguir pagando la hipoteca. Había agotado todas las ayudas y se encontraba acorralado y sin medio alguno de subsistencia. Solo le quedaba ella.
  Su mujer tampoco pudo  resistir la presión de verse en la calle y los abandonó con la excusa de no ser una carga más,  y la promesa de visitarlos con asiduidad.  Buenas intenciones que quedaron en eso.
  Los viejos muebles soportaban estoicamente el ímpetu de los zagales.  Su rincón junto al brasero de la mesa camilla dejó de ser privado y tranquilo, viéndose constantemente mancillado.  A medida que pasaban los días, su pensión de viuda se veía cada vez más ridícula, empezaba a faltar para cubrir hasta las necesidades más básicas. Ésta desazón angustiosa terminaría por enfermarla si no ponía remedio.
  Una mañana, mientras su familia dormía, ella salió a la calle y en la misma puerta del edificio extendió una pequeña manta cubierta con un pañuelo de seda y esparció sobre él todo su activo. Los recuerdos de toda su vida comprimida en pocos objetos, su anillo de boda, un pequeño joyero de nácar y algunas joyas de no mucho valor,  una canastilla llena de labores hechas a mano que había ido trabajando con esmero, mantas de ganchillo tejidas al calor del brasero, manteles bordados, cuadros a punto de cruz, bufandas, gorritos, y todo lo que había acumulado con mucho cariño, testigos de sus años vividos.
  Todos sus recuerdos expuestos,  casi una violación, pero,  una urgencia ineludible. Su vida puesta  a la venta con un cartel que decía:

                                                  Aquí lo tengo todo,

                                                  y todo SE VENDE.                            

Han confeccionado esta historia conjuntamente, Leonor del blog "Mi blog de fotos" y Montserrat Sala, del blog "Reflexions en veu alta".Mas rebajas en lo de SAN del blog "Y nacimos casualmente"



40 comentaris:

  1. Fuerte, realista, directo al estomago y al corazón, como ya le dije a Leonor.
    Han conjugado a un ritmo parejo y en concordancia, y ha quedado un relato,que se puede vender a buen precio, aunque Uds. generosamente nos lo regalan.

    muchos besos!

    ResponElimina
  2. Muy impresionante narración, nos hace pensar en la futilidad de los objetos y las vanas emociones que depositamos en ellos. Bss.

    ResponElimina
  3. La realidad social nos lleva esta semana a vender...y comprar.

    ResponElimina
  4. Sucede cada día, las personas mayores se hacen cargo de la familia.
    No al revés, qué curioso, que injusto y oscuro momento vivimos.

    Hasta tendremos que vender aquello que más queríamos, aquello ínfimo e íntimo.

    Os quedaron cuatro manos bien conjuntadas en una tarea sensible, intensa. Felicitaciones, Montserrat y Leonor, añado cuatro besitos, petons.

    ResponElimina
  5. Un relato para meditar y reflexionar. Que duro tener que llegar a vender todos esos recuerdos, que más que valor económico tienen sobre todo valor sentimental, y eso no hay dinero que lo pague. ¿Cómo poner precio a toda una vida? Me ha gustado mucho, aunque quedé un sabor amargo. Besos.

    ResponElimina
  6. Muy de actualidad vuestro relato. Antes los hijos ayudaban a los padres, hoy es justo lo contrario. Personalmente me parece duro a los "taibastantes", tener que bregar con otras infancias, y obligaciones para las que no siempre quedan fuerzas.
    Y llegar a vender los recuerdos de toda una vida, conlleva una generosidad extraordinaria.
    Muy bueno el relato, a los dos felicito por igual.

    ResponElimina
  7. Un relato muy emocionante del que desgraciadamente se vive actualmente.
    Esperando que el 2013 sea un año con más trabajo y que la situación se establezca.
    Un abrazo

    ResponElimina
  8. Has plasmado la realidad de hoy en dia,cuantos se encuentran en esta situación de tener que vender hasta lo que más quieren !!.Esperemos que se establicen las cosas y no tengamos tantas carencias.

    ResponElimina
  9. Muy triste y muy actual.Buen trabajo a cuatro manos.Besos para las dos.

    ResponElimina
  10. Hola Casss, es un trauma fuerte y una patada al estómago, encontrarse en esta situación. Sin embargo hay muchas abuelas que tienen este gran problema. hay que compadecerlas.

    Bonito comentario. Gracias!

    ResponElimina
  11. EmeJota. Vender los objetos que mimamos con tanto esmero, y que son como nuestra propia vida, porque con ellos revivimos épocas y situaciones felices, es antinatural y doloroso.

    Gracias por entrar y dejar tu opinión

    ResponElimina
  12. Sí Mariajesús: esta semana nos hemos convertido en auténticas marchantas. (jajaja)
    Gracias por comentar.

    ResponElimina
  13. Natalia: Un momento muy injusto el que vivimos en la actualidad. Un verdadero despropósito.

    Gracais por tu amable comentario.

    ResponElimina
  14. Cristina, tienes razón que este relato deja un mal sabor de boca.
    Tendremos que cambiar la sociedad actual. Es el único remedio.

    Muchas gracias por comentar

    ResponElimina
  15. Qué relato más triste, Monserrat. Se me encogía el corazón conforme lo iba leyendo. Pero es reflejo de los tiempos que vivimos, donde muchos venden sus pequeños tesoros para poder comer a diario.
    Yo vendería, sí, pero vendería a todos estos políticos vendidos a ese gigante evanescente denominado "Los mercados". Ellos son los que sobran, y Goldman Sasch y todos esos mercaderes que pisan a la mayoría.
    Un abrazo bien grande para ti.

    ResponElimina
  16. Tyrma: hay abuelas que són modelos de una generosidad sin límites. Unas verdaderas heroínas.

    Gracias y bienvenida

    ResponElimina
  17. Mari-PI-R, Esperemos que estas situaciones vayan cambiando a mejor, el 2013 mejor que el 2014. Tendríamos que exigirlo.

    Gracias por comentar. Un abrazo, amiga.

    ResponElimina
  18. Pakiba: no se si Leonor y yó hemos acertado en dar todo el dramatismo que el relato requería. este era el propósito.

    Gracias por tu comentario. Un saludito

    ResponElimina
  19. HolaFabián Madrid: Leonor seguro y yo misma te agradecemos tu amabilidad en comentar nuestro relato conjunto.

    Un abrazo.

    ResponElimina
  20. No dudo que se ta haya encogido el corazón, al leer, porque a mi se me iba encogiendo también al escribirlo.

    Hay cosas que duelen de explicar y realidades que nos superan y nos hieren profundamente.
    Gracasi Isabel por entrar y por tu comentario. Un abrazo.

    ResponElimina
  21. Ya lo dice Rosa, me sumo a sus palabras. En un relato muy triste, tal vez esa idea de violación, esa desesperanza ... me ha venido a mente la canción Solo le pido a Dios, de Mercedes Sosa, especialmente cuando dice "que el futuro no me sea indiferente".
    Besos a las dos.

    ResponElimina
  22. Sabes Montse, me acabo de dar cuenta que seguía otro blog pensando era el tuyo. Perdona, ya corrijo.

    ResponElimina
  23. Montserrat, un relato triste, duro y desgraciadamente muy actual, pero muy bueno. Es tanta la gente que está siendo expulsada de su casa que encoge el corazón. Tantos recuerdos y tantas vivencias que se deben de dejar atras. Es verdaderamente lamentable y lo malo es que no ponen remedios, solamente colocan parches inútiles.
    Enhorabuena a tí y a Leonor.

    Un abrazo

    ResponElimina
  24. Cuantos abuelitos están haciendo tanto bien y a la vez sufriendo por los suyos. Me ha dado una penita, pero así lo estamos viviendo...
    Muchas felicidades a las dos!!
    Besos

    ResponElimina
  25. Qué pena!
    Muy triste el relato aunque muy actual y real...
    Besos a las dos.

    ResponElimina
  26. Hola Juan Carlos: Mercedes Sosa escenificaba muy bien, esta canción...Ay! el futuro amigo mio, tal y como va todo, no se puede decir que se presente demasiado halagüeño,

    Pues ahora que me has encontrado, te doy una cariñosa bienvenida.

    ResponElimina
  27. Si José Vicente: bien se puede decir,quedesgraciadamente ocurren estos episodios con demasiada frecuencia.
    Gracasi por tu comentario siempre tan comedido. UN abrazo, amigo.

    ResponElimina
  28. Eso es, Matices: dan mucha penita. Con muy poco dinero y encima mas trabajo y mas responsabilidades.

    ¡que tiempos!
    muchos besos, y gracias por pasarte.

    ResponElimina
  29. Teresa Oteo: Demasiado real, querida amiga. Estas cosas no deberian de ocurrir.
    pero ya ves. se dan muchos casos, demasiados.

    Te dejo un abrazo y mi agradecimiento por tu visita

    ResponElimina
  30. Cuatro manos a un mismo paso, una música bailada por ambas a la perfección.
    Triste historia por lo real,injusta situación la que se vive en tantas casas. Una vida expuesta y todo se vende, todo por ayudar y mantener a flote la familia.
    Como dice Cass habeis ido directas al corazón.
    Felicidades a las dos. Gracias por participar.
    Un gran abrazo.

    ResponElimina
  31. Dura experiencia, la de deshacerse de los objetos más queridos. Una realidad más cercana de lo que parece. Bien trenzado el texto, reparto de frases para dibujar con precisión una misma idea.

    Besos

    ResponElimina
  32. Estas situaciones cada vez se dan más, y lo que antes nos parecía imposible, ahora está a la orden del día, de la noche a la mañana uno se queda en la calle.
    Un abrazo

    ResponElimina
  33. Ha sido un placcer San, colaborar en tu idea de hacer las relatos conjuntamente con otra persona. Se abren nuevos horizontes, y como mi madre simpre decia: ven major cuatro ojos que dos.

    Un fortíssimo abrazo, amaiga,

    ResponElimina
  34. Hola Alfedo, es un placer recibirte nuevamente y saber lo que opinas. tu por edad, me supono que debes de tener, uan visión tidavia mas crítica con esta realidad que por descracia se da mucho. Demasiado.

    Te envio toda mi admiraióin y respeto

    ResponElimina
  35. Si Carmen,por desgraia las cosas van cambianda a peor.Y peinso que todo es debido a la urgente necesidad de tener cobijo y un poco alimento caliente para comer. Y dime ¿qeu madre niega eso a su hijo?.

    Gracias amiga,por comentar,

    ResponElimina
  36. Un relato muy actual con una situación que sufre mucha gente, pero exquísitamente relatado, dejando al final una sensación angustiosa en el lector.
    Magnífico trabajo a cuatro manos, mis felicitaciones a ambas.
    Un abrazo!!!

    ResponElimina
  37. Gracias Sindel. Viniendo de tí no esperaba menos amabilidad.

    Te envio un abrazo cálido y amigable.

    ResponElimina
  38. Montserrat, permíteme que te deje el mismo comentario que a Leonor a una historia que habeis tejido magníficamente para reflejar una dura situación.

    Diría que es un dardo. No puedo pensar en vuestra entrada como un relato aunque lo es y me ha parecido magnífico. Pienso en el como una radiografía social, un retrato de una situación que de habitual ha pasado a ser cotidiana, Las emergencias de nuestros hijos no nos permiten gozar de nuestra vejez. Vamos en dirección contraria a aquella que sería la natural y lógica.
    Un abrazo.

    ResponElimina
  39. Que bien lo expones Pepe,y claro que no me importa que me hagas el mismo comentario que a mi compañera Leonor. Faltaría más.
    pero que vamos para atrás a marchas forzadas, es una realidad,
    que nos hiere y nos acongoja.

    Saludos cordiales,amigo.

    ResponElimina
  40. Hola.
    Pues habéis hecho un relato estupendo, que deja entrever la realidad que vivimos.

    Un abrazo, Montserrat

    ResponElimina