Hablemos de la insumisión.
Nuestra compañera Moli del Canyer nos propone esta semana que escribamos sobre insumsión, y no la vamos a defraudar, espero.
Hace a algunos años existían unos padres, que tenían tres hijos. Salados ellos, obedientes y :estudiosos. Todo iba a:las mil maravillas, hasta que la madre se dio cuenta que su suegra hacia todos los domingos macarrones. Y le extrañó tanto que le preguntó el´porqué.
— Mira Inés los hago porqué, tu hijo es lo primero que me pide cuando llega. i me sabe mal contrariarlo. Inés ya lo sabia que el chico se alimentaba de cuatro cosas contadas. Pero no queria empezar una
guerra y dejaba pasar el tiempo, Este cuando vaya a la mili se le pasarán las manias y se comerá hasta la suela de los zapatos-Pensba- su madre.
Todos empezaron a reirse de de lo que le tocaría pasar en la mili, y hasta exageraban los apuros que pasaria. Los padres no decian, nada pero por dentro también lo creian así.
Y llegó el día del sorteo, y como la insumisión cada vez ee hacia mas patente y el descontento más grande, los militares dijeros que ya no habría mas soldados y aquel mismo año que mi protagonista. tenia que empezar a comer coles acelgas y espinacas, se libro de ello. La insumisíón de sus coetáneos le resultó,mejor que lo que jamás habría imaginado.
Le vino como anillo al dedo…
ResponEliminaMuy bueno. Este tipo de insumisión hacia las verduras, es bastante frecuente; con lo que a mí me gustan ahora, y las veces que de niña me negué a comerlas… 😏
Un placer leerte, Montserrat.
Abrazos, y muy feliz noche.
Vamos que para mi que hasta que no se caso y la mujer le puso lentejas el sigo comiendo macarrones ajja. Muy aguda.
ResponEliminaGracias por el texto, un fuerte abrazo y feliz noche.
Pues nada que le toco la militar en un momento oportuno. Muy bueno, besos.
ResponEliminaLe salió ganancia sin haber comprado siquiera billete de lotería! jejee. Hay gente que tiene suerte. Un abrazo
ResponEliminaMuy bueno. Le vino como anillo la dedo :-)
ResponEliminaUn abrazo
No agradecería lo suficiente, para agradecer de todas las cosas que hicieron posible salvarse... y no hablo solo de macarrones.
ResponEliminaBesos.
Acá los vientos de la insumisión le han traído ganancias.
ResponEliminaUn abrazo
Ahí se demuestra que cuando el bien es común, hay que apoyar en la insumision.
ResponEliminaBien buscado el tema. Dos Insumisiónes en una
Besosss Montse
Si Ginebra, com anillo al dedo: ni comió jamas verduras ni frutas ni pescado. su mujer le hace solamente lo que a él le gusta. LOs hay con suerte. Un abrazo y gracias por tu comentario.
ResponEliminaTE PUEDO BIEN ASEGURAR QUE SU MUJER LO MIMA COMO UN POLITO. le hace y le cocina exprofeso para él. sI no lo veo no lo creo, gracias poe darme tu opiñión, amiga mia.
ResponEliminaAsí es Molí,le tocó en el mejor momento. Gracias por tus palabras, querida.
ResponEliminaBesos grandes, medianos y pequeños
JA,JA,JA, qeu me da la risa. l toco la mejor loteria que podia esperar. En aquella familia se habian vivido comidas muy tensas y de lloreras por el menú. Los insumisos le arreglaron la papaleta.
ResponEliminaGracias por tus irónicad palabras y muchos besos.
Bueno sí, para él. Lo demas se quedaron con un palmo de naricesy tuvieron que aguantar
ResponEliminasus berreas. FIJo. Dos abrazos como dos albadas.
Hola Juan L.Trujilo: yo pienso que lo vivió e una manera antural. Como todo aquel que se lo dan todo hecho y no ha de sacrirficar-se por nada.
ResponEliminaUN abrazo enorme.
Hola Ceci: RAras veces ocurre pero en este caso así fué. Muchos besos y gracias!!!
ResponEliminaGabiliante: Ppues tienes razón.yo no me habia fijado: Dos isumisiones al precio de una!!! Saludod cordiales y muchas gracias por pasarte.
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