Mi relación con el mar.
No; yo no nací cerca del mar. Soy natural del interior de Catalunya, y mis primeros paisajes fueron montañas, bancales de cereales y agricultura de secano. Frondosos bosques de pinos, encinas y robledales, así como muchas perdices, gorriones, palomas y otras especies de caza, además de alguna muñeca de trapo, fueron mis compañeros de infancia y de juegos. Entre fuentes escondidas de aguas puras y cristalinas, transcurrió mi niñez.
A pesar todo y quizás, por ello soy una mujer mediterránea y adicta a la cultura del mar. Porqué ¿quién puede renunciar a una herencia cultural de tantos siglos, y que nos viene dada por línea directa desde la antigua Grecia? o del viejo Egipto?
Porque no sólo las ciudades bañadas por el mar, i con espacios de ocio y de vacaciones son las únicas, que pueden llamarse mediterráneas. Pueden hacerlo igual porque lo son: la Mezquita de Córdoba, la Alhambra de Granada o el Palacio Real de Madrid. Al igual que a ellos también corre por mis venas sangre salada y en la retina de mis ojos llevo siempre la imagen azul turquesa con destellos de cobre y plata de las olas al atardecer. Barcelona está toda ella, volcada al mar, arropada por su ruido y por su olor, por lo tanto es marinera al cien por cien Y es aquí donde he visto crecer a mis hijos y a mis nietas desde hace cuarenta y siete años.
No obstante, estas aguas tranquilas y quietas que hoy nos acompañan nos han dado algún quebradero de cabeza cuando a espaldas de los guardacostas se han llevado multitud de sueños e ilusiones y el agua se ha enturbiado. Porque se ha hecho de ellas una frontera entre países hermanos. Ahora que parece haberse producido una pausa, disfrutemos de su litoral y de su aire un poco contaminado, pero sabiendo a pescado fresco.
Muchas gracias por escucharme y por vuestra presencia, que no por escasa ha sido menos interesante, querida y esperada.
Montserrat Sala Porta
Buenos días espero que lo hayan pasado genial y todo haya sido de su agrado y esperando ya la próxima vez. Muy lleno de emociones este relato que has subido , pues no hay mejor recuerdo que el lugar donde has visto crecer a los tuyos.
ResponEliminaUn abrazo y feliz semana.
Se advierte en cada una de tus palabras que, como bien dices, el mar y su presencia se ha estampado en la gente de tu lugar, pese a la distancia que geográficamente los separa. El peso de su impronta es espiritual y los ha marcado íntimamente, se nota.
ResponEliminaMuy sentidas tus palabras.
Un fuerte abrazo
ResponEliminaAyy MOntserrat, aún recuerdo el encuentro del año pasado... y este año me he quedado con el recuerdo todavía vivo. Os imagino todos atentos escuchando con cariño vuestros textos, el tuyo te describe como eres, una mujer mediterránea. Y es que es tan grande el mar...
Un beso salado
Encanta de haber estado a tu lado y de haber escuchado tu relato en directo. Precioso escrito que resuma paz y brisa de un mar tan cercano y tan lejano. Besos.
ResponEliminaTienes toda la rzón en los planteamientos que haces.
ResponEliminaBesos
Habiendo tenido la enorme suerte de conocerte, puedo afirmar que eres mediterránea de corazón. Abierta, amable, serena, cualidades que compartes con ese mar que baña tu ciudad. En estos días he añorado vuestra compañía.
ResponEliminaUn fuerte abrazo.
!Un relato encantador, Montserrat!
ResponEliminaPara mi a sido un placer leer tu texto. Se ama y se admira el lugar donde se echan raices, y tu nos lo expones tal como tus emociones lo dictan.
!Abrazo!
Hola Campirela: Pues si lo hemos pasado muy bién a pesar de que éramos pocos. También tienes razón con respecto a la mención que haces de los recuerdos infantiles. Muchas gracias por pasarte y dejarme tu comentario. Un abrazo del oso.
ResponEliminaBuenos dias Neo: no importa la lejania ni la cercania para sentirse Meditierrànea. Es una questión de país. Y el mío además de mis conexiones isleñas, mira siempre al mar . Muchas gracias por comentarme. Besucos.
ResponEliminaHola Encarni; yo también he recordado el encuentro del año pasado prola gente que acudió. Sin embargo en Barcelona y como en estos últimos años, que está de turismo hasta los topes, se hubiera hecho imposible, o mucho más difícil encontrarnos en un sitio y a una hora exacta. Lo cual hubiera sido muy molesto para todos. Un abrazo amiga.
ResponEliminaHola Molí: a mi también me gustó sentir tan de cerca tu relato. Un relato solo apto para almas sensibles. Como tu. Mi abrazo del oso,para ti.
ResponEliminaTracy: me alegro que lo pienses así. Gracias y mil besitos.
ResponEliminaHola Pepe, me alegro que lo hayas notado.Y es normal. He vivido aquí cerca de cincuenta años. Toda una vida!!! Te agradezco tu comentario y tu visita, querido amigo. Besos!
ResponEliminahola Yessy: tu si que eres encantadora.siemrpe tienes palabras amables para dedicarme. Muchas gracias de todo corazón. Y abrazos grandes!!!
ResponEliminaQue magia tiene este mar q nis inspira que ser estar se siente muy dentro.
ResponEliminaOjalá hubiese podido compartir este encuentro con todos vosotros,espero el próximo.
Besos
Que magia tiene este mar q nis inspira que ser estar se siente muy dentro.
ResponEliminaOjalá hubiese podido compartir este encuentro con todos vosotros,espero el próximo.
Besos
Hola SAN: Este mar nuestro de cada dia, debe de tener una magia extraordinaria, porque, nos absorbe, y tira de nuestras voluntadesa mi también me hubiera gustado contar contigo en el encuentro. BEsos!!!
ResponEliminaEl mar tiene un poder de atracción inmenso, el Mediterráneo ademas hace piña, los mediterráneos somos una familia, como los bloggeros que parece que los que os habéis reunido lo habéis pasado muy bien. Un abrazo
ResponEliminaHola Ester: No se me habia ocurrido esta semejanza del maR
ResponEliminacon los Bloguero.y es cierto. Somo como una gran familia, que cuando nos juntamos lo pasamos en grande: haber cuando te animas, mujer. Un millón de besos.
Muy cierto, Montserrat. Y de vecina a vecina, Mediterráneo de por medio. Te mando un beso y agradezco tu comentario en mi casa.
ResponEliminaGRacias Myriam: Siempre es un placer, pasar a leerte, y darte un abrazo ni que sea virtual.
ResponEliminaRepito lo del abrazo, y gracias a tí.