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dimecres, 7 de desembre del 2016
CADA JUEVES ESCRIBIMOS
Perdidos en una noche de niebla.
Sucedió en Holanda. Nos hallábamos de vacaciones. El dia anterior veníamos de atravesar el Canal de la Mancha en Ferry, procedentes de Inglaterra. Siempre viajábamos con los chicos, en una roulotte, que es una forma de viajar cómoda y económica. Los chicos en aquel viaje ya eran adolescentes, con lo cual nos ayudaban mucho. Las niñas se ocupaban de poner y servir la mesa, Y el mayor ayudaba su padre a nivelar la caravana, e inspeccionar los los baños y encender la barbacoa. Y yo me ocupaba del avituallamiento, y de la contabilidad. (hay que tener en cuenta que aquellos días aún manejábamos pesetas, y había que calcular bien para que nos sobrara mucho de un país y nos hiciera corto en otro) Además de “actuar" también de copiloto. En otras cosas no sé, pero en esto éramos un modelo de organización. Seguramente por la práctica que nos dio más de veinte años viajando así.
Aquel día, aprovechando que acampábamos en un un camping cerca de Amsterdam, mi marido y yo, decidimos ir a ver al famosa calle del pecado. Cenamos pronto se lo dijimos a los chicos, que lo comprendieron perfectamente, y nos fuimos a ver lo que se cocía por allí. Nada especial. Al verlo de noche, supongo que no es lo más interesante. Estaban casi todos los escaparates con las cortinas corridas y solo había turistas catalanes. Dimos una vuelta y marchamos para “casa”. A lo mejor aún encontraríamos los chicos despiertos y podríamos jugar con ellos al Scrable,que nos encantaba.
Pero hubo un ligero contratiempo. Cogeríamos un camino equivocado i empezamos a dar vueltas por aquellos bucles y carreteras, perfectamente indicadas pero que nosotros que no conocíamos el idioma no acertábamos a descifrar. Recuerdo que siempre llegábamos al Shipool, que es como laman al aeropuerto. Era de noche y empezó a caer una manto de niebla que nos envolvió y paramos el coche porque nos habíamos metido en un barrizal que resultó ser un campo de pastos.
Al final y después de sufrir lo indecible pensando que algún hijo se levantaria a hacer pis a las tres de la madrugada y al no vernos, igual podían armar un Belén.
Y sin saber cómo, por fin dimos con la puerta del camping y alli todo estaba tranquilo. Respiramos aliviados pero rendidos
Menos mal que por fin dístéis con la salida, y respirásteis aliviados.
ResponEliminaMe encantó tu relato juevero, Monserrat.
Un beso.
Puedo imaginar la desazón de no encontrar el camino sabiendo que alli estaban los chavales. Final feliz y una aventura para contar. Un abrazuco
ResponEliminaSupongo que ahora lo recordarás como una anécdota divertida, pero aquella noche tuvo que ser terrible, en un país desconocido y extranjero, con los niños solos en la caravana...qué angustia pasaríais...afortunadamente no pasó nada.
ResponEliminaMuchas gracias por participar!
Un abrazo.
Es angustioso cuando uno se encuentra en un lugar desconocido y a la vez perdido , si encima le añades la niebla , imagino que sería unos momentos de verdadera angustia y más pensando en vuestros hijos . Pero bueno el final fue de lo mejor así que una aventura más que contar el día de mañana .
ResponEliminaSaludos y feliz resto de semana.
Esos percances en otro país multiplican el nerviosismo y la incertidumbre.
ResponEliminaPOr suerte encontraron el camino.
ResponEliminaUna buena historia, no para vivirla, pero si para contarla.
Saluds.
¡Hola! ¡Qué angustia! Esto de perderse así es terrible >.< pero encontraron el camino que es lo importante.
ResponElimina¡Un abrazo!
Hola; de esas experiencias que agobian a uno. Parece que uno es consciente lentamente de su fin, de su pérdida... Saludos. Pablo.
ResponEliminaViví la angustia de tu relato, Montserrat, afortunadamente encontraron el regreso.
ResponEliminaUn beso
Muchas gracias Montse por compartir este recuerdo que en su momento, debe de haber sido muy difícil, un abrazo
ResponEliminaQue terrible debió ser, perderse es muy es muy traumante especialmente en un país extranjero. Aparte de las buenas experiencias que quedan como añoranzas, también queda ese sabor amargo de la angustia que se experimentó. Buen relato, Monserrat.
ResponEliminaFeliz fin de semana.
He estado sufriendo hasta saber el final y es que eso de perderse en una carretera es para mi una pesadilla, si a eso se le añade un pais extranjero y una lengua desconocida ya es para desesperarse. Muy buen relato que lleva a ponerse en tu piel, besos.
ResponEliminaHace falta mucho valor y espíritu aventurero para conducir en un país extranjero de noche, con niebla, sin saber muy bien a donde ir, con el inconveniente del desconocimiento del lugar y del idioma. Mi admiración y asombro ante vuestra determinación y ganas de vivir.
ResponEliminaAfortunadamente disteis con el camping antes de que os echaran a faltar.
Un fuerte abrazo.
Esas nieblas interminables, esos carteles indescifrables, y todos los caminos que llevan al Schiphol ( yo también me perdí buscando una gasolinera cerca del aeropuerto y era de día y hacia sol no te cuento mas).
ResponEliminaAh por cierto me encanta el detalle de todos los escaparates tenían las cortinas cerradas, muy descriptivo tratándose de Amsterdam ;)
Ahora lo cuentas así, sin más... pero imagino la angustía del momento.
ResponEliminaUn beso.
Hola Maria Perlada: no es un relato. Es la crónica de una aventura que acabó bien. Muchas gracias por dejarme tu opinión,
ResponEliminaamiga. Besos cariñosos
Hoal Ester: si desazón y rabia. Y es que de ncohe todos los gatos,son pardos. Por los chicos padcíamos por si habia algún imprevisto,pero eran ya mayorcitos y estaban acostumbrados a viajar. (13, 15, 17, ) y el mayor hablaba correctamente ingles, como habíamos comprobado dos dias antes en Londres.
ResponEliminaUn besote y gracias!!!
Hola Charo: como ya he dicho loa niños no eran pequeños y estaban acostumbrados a pasar sus vacaciones por el extrajero. ademas el chico con 17 años hablaba inglés. Pero que pasamso un mal rato, es bién cierto. Ha sido un placer participar en tu convocatoria. BEsos!!!
ResponEliminaCampirela: Estábamos los dos rabiosos, por no acertar con el camino. Piensa que allí todo es plano, y los campings generalmente son en las afueras de la ciudad. No hay ninguna edicficio o elevacón que te oriente. Letreros y bucles de autopista. y el primero no lo entendíamos y lo segundo tampoco estabamos acostumbrados a ciculalr por aquelllas modernas vias. Y para mas inri añádele la niebla.
ResponEliminaUn abrazo y muchas gracias por escribirme.
Buenas noches TRacy. la incertidumbre y el nerviosismo, fueron los desencadanantes de la pérdida, Un beso y medio y mi agradecimiento pro tu fidelidiad.
ResponEliminaDemiurgo: si que la vivimos si, no es ninguan fantasia para explicar. Créeme. Un besote y muchas gracias amigo.
ResponEliminaRoxana B.Rodriguez: Muchas gracias por entrar y dejarme tu comentario. TE deseo una semana productiva e inspirada. Beso.
ResponEliminaPablo Paf: si amigo, estas són experiencias que se pasan y que no se olvidan. Gracias por entrar a trapo, y decirme tu opinión.
ResponEliminaUn abrazote.
Querida AME: Sinento haberte hecho padecer, y claaro que encontramos el camino, pero si he de decirte la verdad aún no se como.
ResponEliminaGracias y recibe un abrazo eneorme.
Hola Neo: si lees mis primeros agradecimientos, veras que no fué tan terrible. Pero los dos aún lo recordamos como una pesadilla. Gracias amiga. Te envio un fuerte abrazo.
ResponEliminaYessy kan: Lo peor fué la niebla y la incertidumbre, la incapacidad de resolver una cosa tan fácil. Fué un cúmulo de cosas que nos cegó y no permitió solucionar el problema. Muy agradecida por el comentario. Muchos besines.
ResponEliminaMoli del Canyer: aprovecho para saludare y darte als gracias por venir y comentar. Curiosea un poco por los demas comentarios, porque ya no se que más decir. Un abrazo.
ResponEliminaHola Pepe: debe de ser eso, que somos unos aventureros. Pero lo hemos pasado genial. Tres hijos que tienen el padre y la madre muy ocupados en sus respectivos negocios, el poder convivir y jugar juntos las 24 horas del dia... Fué maravilloso y aún recodamos las mil situaciones que vivimos en aquellos años.
ResponEliminaPiemsa que la hija pequeña cumplío los 10 años en Suiza y estuvimos, haciendo este tipo de veraneos hasta los veintiseis, que se casó. Las ultimas salidas, vinieron hasta con los novios y novias. Y para nada estamos arrependos
Un saludo y gracias por darme tu parecer sobre el asunto.
Ja ja, ja Max: Es muy facil distraerse,aun siendo buenos conductores y buenos copilotos. Me alegra saber que no somos los únicos burros e inconscientes de la globosfera.
ResponEliminaUn abrazo muy fuerte y un recuerdo cariñoso.
Sí Alma Baires. aquella noche fué durilla, pero acabó bién.
ResponEliminaGracias por comentar. Besitos.