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dimarts, 1 de novembre del 2016
Estamos en la semana 44 de 52
PASAJEROS
En aquella estación perdida, de un pueblito de la sierra cordobesa, el viejo Matias, con su uniforme descolorido por los rayos del sol, y por
el tiempo que todo lo aja y desluce, estaba en el andén, en su puesto de servicio. Solo pasaba un tren al día, y nunca veia a los revisores.
Muy pocas veces se apeaba alguien, y menos que alguien emprendiera viaje desde allí.
Pero Matias, como un robot, allí estaba con su silbato, para dar la salida al trén como si fuera menester. Para él en todo caso, era lo más importante del dia.
A las nueve y cinco. lloviera o nó, nevara o hiciera un viento huracanado, él allí en su puesto, gritando como un tenor, con las cuerdas vocales averiadas. ¡¡¡PASAJEROS AL TRÉEEEEN!!!
Y así fueron pasando los años. Se renovaron las locomotoras, se cambiaron las vias y la vida se transformó para bién o para mal.
Pero Matias, se quedó en el camino, llevándose consigo su secretomejor guardado. Nunca se había subido a un tren, a pesar de desearlo fervientemente.
¡Qué bueno!, solía suceder antiguamente.
ResponEliminaPor cierto me ha encantado que sitúes tu relato en la Sierra Cordobesa, ¿la conoces?
Me ha gustado conocer su secreto, como el de aquellos navegantes que no sabían nadar, algo que ocurria mas de lo que imaginamos, nos has hecho tomarle a precio a Matias. Un abrazo
ResponEliminaMe dejó triste su secreto, tantos años...era otra época.
ResponEliminaEntrañable personaje.
Un beso
Ay! Qué historia! Qué pena el final, pero al menos pudo disfrutar de jugar al guardián de la estación durante toda su vida, aún cuando ese empleo ya no tenía ningún sentido. Me encantó!
ResponEliminaUn beso.
Ainsss vaya con ese secreto qué pena ¿verdad?
ResponEliminaUn beso.
Una historia que guarda un secreto que deja un halo de pena.
ResponEliminaBesos
Qué fuerte eso! ...me ha encantado tu historia, de verdad.
ResponEliminaUn beso.
Si tracy pasaban cosas extrañas, de esta calibre. En Menorca vivió un pariente lejano que vivia en el centro de la isla y nunca vió el mar. Ni falta que le hacia, explicaba siempre que alguien le preguntaba.
ResponEliminaGracias por venir a mi csaa y oomentar.
Hola Ester: Matias era un santo varón, te lo puedes creer.He conocido algno. Recibe un fuerte y carñoso achuchón y muchas gracias por tu comentario
ResponEliminaSi, Musa, era otra época. No hay más. Muchas gracias por comentar.
ResponEliminaBesines,
Hola Sindel: Me has hecho muy feliz con tu comentario, amiga. Muchas gracias y mucha salud.
ResponEliminaHola Maria Perlada: no sabes lo que me gusta tu "Ainnns". Es una exclamación marca de la casa. Genial!!! Gracias por pasarte.
ResponEliminaTe deseo mucha salud
buenas tardes Ilesin. es vedad que te quedas asombrada cuando sabes de casos así. Es el colmo de la discreción. Gracias! y un beso.
ResponEliminaAlma Baires: sí amiga es más fuerte de lo que parece. Porque toda una vida es muy larga.
ResponEliminaGracias por entrar a comentar. Te envio un fuerte abrazo
!Que tierno y bello! Me fascino tu creación, el cual nos deja saber su más preciado secreto.
ResponEliminaBeso
Eres una persona amable en extremo, me gusta postear contigo, pero desde que te has ido de bloguer se me hace más difícil comunicar con tu blog. Un fortísimo abrazo, y gracias por tus palabras.
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