SEMANA 37 DE LAS 52, SEGÚN SINDEL

Flores en el rio

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      Samuel guardaba la ovejas de su tio Serafín, en aquel prado perdido en las montañas del valle donde habia nacido. Su pueblito era pintoresco y en los veranos se llenaba de gentes amantes de la tranquilidad.
    Entre dos  cerros, transcurria un rio de aguas blancas, muy mansas casi simpre, pero que a veces se  tornaban bravas porque su caudal estaba lleno de grandes piedras que en algunos tramos hacia que se encharcara  su   agua transparente y nítida. Pero aquel rio no bajaba limpio del todo.Muchas veces se veia salpicado de flores de todos los colores, como lo són las de los prados de las tierras altas.
Nadie se explicaba aquel fenómeno En su largo y angosto viaje  se iban quedando rezagadas.en los márgenes. pero alguna seguía rio abajo a su destino.
    Y estas flores representaban mucho a la persona que las esperaba al final del valle: Sonsoles. Samuel y Sonsoles.se habian visto una sola vez en la feria del pueblo más importate de la comarca.       
     Cruzaron sus mirada  y unas pocas palabras, pero los dos comprendieron que aquel encuentro, sería definitivo en sus vidas.