La acuarela
Ignacio era un joven estudiante de bellas artes, se fué a vivir a una ciudad grande. Desde tu terruño natal el arte era de lo que menos podía aprender, ni tan siquiera hablar de ello. Alli sus compañeros del Instituto, pronto dejaban los libros, y se ponian a trabajar en el campo en las obras y algunos en granjas.
Nadie hablaba de pintura, ni escultura, ni danza, ni teatro. Para ellos todas estas cosas eran gilipolleces, cosas de los niños ricos hijos de papá de casas bén. Ignacio aguantó estoicamente todas las bromas de mal gusto de todos. Y al llegar la Navidad volvió a casa, mas convencido de lo que había escogido era lo que siempre había quirido. Era lo que más le gustaba.
Po aquellas mismas fechas su padre tuvo un ataque al corazón, y lo perdieron en una semana. El joven muy triste y acongojado, volvió a la ciudad pero no para seguir la carrera, si no para despedirse de profesores, amigos y recoger todas sus pertenencias. De nuevo en el pueblo encontró trabajo de jardinero, lo que le permitió alejarse de sus compañeros, y sus burlas. Un dia al levantar la vista de sus podas, vió una imagen tan bella como jamás la había soñado. Le produjo tanta impresión,que se quedó perplejo y mudo. No podía apartar los ojos de aquella aparición tan sublime y al llegar a casa cogió unos colores que mezclados entre sí y con agua, pintó a la belleza, con tanto delalle, que plasmó su alma de joven pura. Su obra fué reconocida por los entendidos, como una de las mejores acuarelas de los útimos tiempos.
Todo llega en el momento indicado, me alegra saber que ha podido lograr plasmar su arte y que le haya sido reconocido. Hermoso relato, amiga. Un beso.
ResponEliminaQue hermosa historia, debe ser muy duro querer hacer algo y tener la oposición o el escarnio de los demás. Los finales felices me gustan. Un abrazo
ResponEliminaSeguramente antes no estaba preparado para ser acuarelista.
ResponEliminaUna historia que bien podría ser real...
ResponEliminaUn beso.
Hola; me encantó la historia. La formación no es sino una manera de entender el arte, pero él ya lo tenía en su interior. Su origen sólo encendió la chispa y la leyenda. Salud.
ResponEliminaBella historia, tuvo fe y paciencia.
ResponEliminaUn saludo.
Cierto, como tu dices, amiga Sindel, todo llega a su hora. pero a veces la suerte se muestra esquiva, y te quedas a dos velas.
ResponEliminaGracias por tu visita. Muchos besos.
Buenos dias Ester: A mi también me gustan más las historias que acaban bién pero ocurre muy a menudo que las circunstancias exigen que acabe de otra manera- Un abrazo grande grande y que disfrutes de las vacaiones y del mar.
ResponEliminaHola Tracy: ¿quieres decir que su estada en la ciudad, la que influyó em su vena artística o fué la chica la que despertò su imaginación portentosa' no me ha quedado
ResponEliminaclaro. Gracias por tu comentario.Beso.