Desde lejos-2
Me los miraba con ojos incrédulos. No me lo acababa de creer. Era tanta mi desilusión, y mi enojo que aunque no dejaba translucir mis pensamientos, hasta un niño habría visto en mi cara, la huella del dolor que me producía aquel insólito espectáculo.
Y allá delante de mi, se veían claramente sus cuerpos entrelazados y fusionados en un abrazo que les hacia, dar vueltas sobre la arena de la playa, aquel atardecer de aquel mes de Agosto. Mi ruptura con Guillermo el autor de los besos y revolcones en cuestión, fue inmediata. Aunque protestó airadamente, negando todo lo que había visto con mis propios ojos, le dije lo mal que me sentó, su actitud y que a pesar de mirarlos desde lejos lo reconocí al instante.
Hombres incautos, infieles e inmaduros!!!
Un buen rapapolvo para esos hombres que no terminan de crecer y ademas no lo saben. Otra vez abrazos escritora incansable
ResponEliminaY menos mal que los vio! Sorpresas te da la vida, en este caso muy ingrata.
ResponEliminaUn beso enorme.
Bueno, algo cínico el chico. Eso pasa más a menudo de lo que pensamos. Buen rapapolvos el que le pegó.
ResponEliminaUn abrazo
A veces, hablando en metáfora, desde lejos se ve con una nitidez y parece que este fue el caso.
ResponEliminaBesos.
Ese desde lejos estuvo sorpresivo, menos mal que los vio, y quien sabe desde cuando los infames.
ResponEliminaBeso
A estos singulares personajes mejor tenerlos lejos .
ResponEliminaBesos
De este pecado todos somos víctimas y causantes en algún momento dado... No nos libramos ( o sí).
ResponEliminaUn beso enorme.