VII ENCUENTRO BLOGUERO DE VILLAFAMES
El perro viejo
Era tan viejecito el perro de Doña Engracia, que ya no se podía mover
de su rincón. Y allí le daba de comer y de beber su dueña que, cada vez que se
acercaba a su fiel amigo, no podía reprimir que una lágrima le rodara por la
mejilla. Lo acariciaba, le hablaba suavemente y el viejo can le respondía con
un lastimero gemido, apenas audible.
Era evidente que el perro estaba viviendo sus últimas horas de vida, y
no se podía quejar, Doña Engracia. El veterinario le había dicho hacía tiempo,
que su mascota había superado con creces el tiempo de vida que presumiblemente
tenían él y todos sus congéneres. Tan mal lo vio que llamó a su nieto Armando
para que le ayudara a llevar otra vez el perro al veterinario.
El chico no tardó en llegar. Con la misma manta con la que estaba
cubierto, lo envolvió con cuidado y empezó a andar cuesta abajo en dirección a
la casa del médico. Doña Engracia no lo podía seguir. Sus piernas, ya
maltrechas por la edad y por mil caídas, no le dejaban adelantar. Caminaba y
lloraba al mismo tiempo. No por sus dolores, que ya los tenía asumidos y
aceptados. Le parecía que estaba recorriendo un camino sin retorno. Ya nada
sería igual en su vida. Ya no tendría a quién cuidar ni nadie que le hiciera
compañía. Le faltaría aquel meneo de cola y los saltos que la perra le hacía al
llegar de buscar el pan. Se le atropellaban en la mente, los recuerdos de tantos
años de convivencia.
Le dolía tanto el alma, que se sentía desfallecer. Se sentó en un banco
que le venía al paso para reponerse un poco. Su nieto, que estaba de vuelta
solamente con la manta debajo de el brazo, corrió a decirle: “¡Abuela, abuela!
Me ha dicho el doctor que a tu perrito no le ha dolido nada la inyección.
¡¡¡Abuela, abuela!!!”. Pero Doña Engracia ya no le pudo contestar.
M Sala
Porta
22 de Mayo
de 2016
Una historia muy triste, pero que por desgracia ocurre en la vida. La historia de los dos protagonistas caminaban de forma paralela, pero Doña Engracia se adelantó para no quedarse sola. Muy bien desarrollado tu tema, y bueno, estar cerquita para escucharlo, fue lo mejor de todo. Un beso grande.
ResponEliminaMe gustó muchísimo allí, y ahora al volverlo a leer mucho más. Te quedó precioso.
ResponEliminaUn abrazo
No te hice caso y vine respetuoso y anhelante a leer tu relato. Y a fe mía que no me ha decepcionado, muy al contrario ha venido a corroborar lo que ya sabía, la tremenda sensibilidad de tu pluma y tu calidad literaria.
ResponEliminaPrecioso relato, con una mirada bien distinta a la mía, de la propuesta de la amiga Vero.
Besos.
Qué bien nos has sabido transmitir el drama de ese final. Qué dura es la vida pero los finales son temibles. Creo que Doña Engracia y su amigo no lo tuvieron muy mal, después de todo se hicieron compañía hasta el último día.
ResponEliminaMuy bien contado Montserrat.
Un abrazo amiga.
Que historia tan dura. Y a la vez tan de amistad. Ambos terminaron su vida simultaneamente.
ResponEliminaSe puede morir de pena. Un relato precioso, bien narrado y y bien descrito. Un abrazo
ResponEliminaVaya, he oído decir que la pena mata y lo creo, lo cuentas en esta historia pero yo lo vivo de cerca, desde que mi cuñada murió mi hermano poco a poco se nos va, no tiene ganar de seguir adelante, y es triste.
ResponEliminaCada día se va apagando un poco más.
Un abrazo.
Ambar
Sobrecogedor, ya resultó así cuando lo escuché de tu voz, pero me ha vuelto a impresionar ahora, leyéndolo fuera del ambiente festivo del encuentro.
ResponEliminaUn abrazo muy cariñoso.
Ay! Qué tristeza! Me has calado el alma con este relato. Es muy bueno, pero me hizo pensar en mi perrito que ya está viejito y no quiero ni imaginar en que llegue su hora.
ResponEliminaUn abrazo.
Escuchar tu relato ya fue una gozada, es triste pero precioso. Unas vidas paralelas, el dolor de saber que no sabras vivir sin tu perro. Me encanta tu relato, es mas que precioso, besos.
ResponEliminaEscuchar tu relato ya fue una gozada, es triste pero precioso. Unas vidas paralelas, el dolor de saber que no sabras vivir sin tu perro. Me encanta tu relato, es mas que precioso, besos.
ResponEliminaLa historia es muy triste, pero está muy bien hecha. La falta de compañía, la inocencia del chico,... Uno se queda pensando en este tema y se le rompe un poco la sensibilidad. Un saludo.
ResponEliminaAl parecer la vejez iguala, ¿no es verdad? Triste pero real.
ResponElimina¡Que pesadumbre!
ResponEliminaTu relato ha tocado las fibras de mí cuerpo. Es encantador por la forma de sentir a su perrito, y triste por su impactante final.
Besos
Hola Encarni: gracias amiga mia por tus bonitas palabras.
ResponEliminaLa historia del perrito, se va repitiendo, debido a los escasos años que alcanzan. Y Doña Engracia no supo verse sola. Enfín creo que resutó por lo menos coherente.
Feliz mes de junio que acabamos de estrenar.
Hola Carmen, compañera de kilómetros. Me alegro mucho que te gustara la historia. He leido la tuya, que me ha gustado más al leerla que cuando tu la recitaste.Yo pienso que tenias miedo a cansarnos creyendo que era muy larga. y de eso nada. Esta muy bién.
ResponEliminaSalud y buén fin de semana.
Juan L. Trujillo: Eres caballeroso y muy cumplido. Gracias, No esperaba menos de ti. Pero te pasas siempre en elogios que no merezco.
ResponEliminaUn fuete abrazo, amigo.
Buenas tardes Leonor: la pobre Doña Engracia vió un futuro muy negro y no pudo soportar el dolor. Mirándolo bién, es lo mejor que el podia pasar. Tener una muerte dulce. Gracias, querida amiga
ResponEliminapor tu comentario que tanto valoro, Bessss...
Hola Demiurgo: Sobretodo es el retrato de una gran amistat, la muerte simpre es dura porque nos separa de los seres querido. Ellos estaban solos y dependientes el uno del otro, es lo mejor que les podia pasar.
ResponEliminaGracias por cometar y recibe por lo menos dos o tres aabrazos
ahhhhhh muy triste final para una historia de vidas compartidas. Los lazos de afecto y recuerdos comunes atan las almas, incluso entre personas y mascotas.
ResponEliminaUn fuerte abrazo
Hola Ester: Si tu dices qui mi relato esta bién, yo te creo a piés juntillas. ya sabes que siempre te hago caso.
ResponEliminaun abrazo y muchas gracias
Querida Ambar: una inmensa triteza que normalmente cae en depresión, puede con al salud del mas sano. Es una salto en caida libre. GRacias por tu comentario y te deseo mucha salud
ResponEliminaSindel Avefenix:Me sabe mal haberte disgustado, pero estoy segura que más de una vez has pensado en ello y sabes que tarde o temprano, este momento te llegará.
ResponEliminaLo mejor es ir mentalizándose, y tomarlo con serenidad y conformación.
Besos.
Hola Juan Carlos; Cuanta amabilidad, eres muy gentil, de lo que ahora no hay.
ResponEliminaGRacias por tu bonito comentario y que pases un estupendo fin de semana. Besitos.
Hola Molí: Eres muy amable, amiga mia.
ResponEliminate doy las gracias por ello y te mando mas de mil besos. Te los mereces. Saludos a Pep-
Hola Pablo: me alegro que hayas encontrado bueno el relato. Pero no estoy de acuerdo en que rompa la sensibilibad. sino todo lo contrario, la aviva. Es mi apreciación.
ResponEliminaUn saludo cordial y afectuoso
Jenofonte:Desde luego que la vejez pone a las personas a un mismo nivel, aunque todavia hay otra cosa que las iguala del todo. Adivina!
ResponEliminaSaludos muy afectuosos
Hola Jessy: lo que ocurre, es que eres una persona sensible hasta la punta de los piés. No debes entristecerte por el relato que es completamete fruto de mi invención. pero me sé de casos de perritos, cuya fidelidad a su amo, hace estremecer. Salud y muchas gracias!!!
ResponEliminasi Neo: el final es triste. pero es la única salida que podia darle y que fuera creible. Hay que comprender que la vejez, era el principal escollo que tenian que vencer. Y esto no les fué posible.Era ya demasiado tarde.Un beso y graciss por acercarte
ResponEliminaHe intuido tu relato a las primeras líneas y, lamento decirte que no he podido terminarlo. Pero no por negativo, sino por el sentimiento que me produce. Yo e pasado por eso y fue la decisión más dolorosa que he tenido que tomar en mi vida. También, de la que más orgullosa me siento.
ResponEliminaLa tengo merodeando siempre a mi lado e incluso, en ocasiones, siento su aliento quemándome los pies.
Un beso enorme y gracias por la sensibilidad.
Muy triste relato en el que la empatía y el temor a la pérdida torna los papeles de sus protagonistas. Gracias por participar. Un beso
ResponEliminaAmbos caminando conjuntamente hacia la estación término, acabando sus respectivas vidas simultáneamente. Me impresionó leido por tu voz, me impresiona más aún leyéndolo fuera del agradable entorno del encuentro juevero. Fué un placer compartir de nuevo unos días contigo y con tu esposo.
ResponEliminaUn fuerte abrazo, Montserrat.
Hola Mag. siento mucho haberte incomodado, para nada queria herir tu sensibilidad. No pensé en ello. pero has de pensar y mentalizarte que un perro viejo, que ha sido querido y mimado hasta el últmo dia, no podia esperar mejor final.
ResponEliminaGRacias por venir a mi casa bloquera y comentámelo. Un beso
Maria José: ha sido un gusto sumarme a tu convocatoria.. Gracias de tu visita. Recibe un fuerte abrazo.
ResponEliminaUn momento de la vida, de animales y persoans que nadie puede obviar.
ResponEliminaFué agradable el encuentro y muy querida vuestra compañía. uN recuerod cariñoso.
Dile a Conchi que no me olvide. Ella ya sabe el porqué.