EN LA SELVA.
Hay muchas clases de gritos. Gritos que paralizan y mucho. Lo hay que solo asustan, por la gran cantidad decibelios que salen de una garganta asustada; los hay que quedan ahogados en las cuerdas vocales y dejan a la persona hecha de piedra, Osea sin capacidad para el grito o el fuerte chillido.
Mi história es otra. Es cierta y ocurrió en el Matto Grosso (en la selva amazónica).
Una joven pareja que vivia en una choza, sumergida en el rio Solimoes, esperaba a su primer hijo, con la ilusión própia de una pareja de enamorados. Todos los dias al llegar al medio dia, el chico silbaba unas notas en un tono que ella conocia muy bién. Salia entoces a la puerta i saludaba con la mano, a su enamorado, que llegaba hambriento. Pero aquel dia la muchacha no respondió al saludo. Tampoco se oian como los otros dias, ni los aullidos de los monos li todo el ruido de la selva, confomado por los cánticos de docenas de especies diferentes y cuyo ruido llegaba a veces a ser ensordecedor. Pero aquell desgraciado dia era todo silencio. El chico compredió enseguida que algo pasaba. aceleró la marcha de la canoa, gritanto: Maria Elena!!! Maria Elena!!! sin respuesta. Se asomó a la puerta de la casa y profirió un grito tan potente, un aullido de lobo herido tan fuerte, que retumbó por todos los rincones del Matto Grosso. Allí estaba ella de cuerpo presente, pero no era visible.
Una boa de grandes dimensiones, se habia tragado a la muchacha, con su gran panza, y permanecia en el suelo sin poder salir de a cueva y haciendo tranquilamente su pesada digestión.
Un relato estremecedor, casi puede oírse ese grito de dolor.
ResponEliminaCariños…
Para gritar y para morir, que escenario tan macabro.
ResponEliminaBuen jueves Montserrat.
Una historia tremenda que describes de una manera estremecedora. Ese grito parece retumbar por entre los árboles de la selva y hace daño escucharlo. Muy bueno.
ResponEliminaMe gusta volver a leerte.
Un abrazo bien grande Montserrat
La imagen de María Elena engullida por la boa es terrible, para gritar o quedar sin habla.
ResponEliminaBesos.
¡Qué horror y que desgracia! Un relato verdaderamente estremecedor. Pobre chica, que manera tan horrible de morir. =( el grito del chico debió escucharse hasta en el cielo.
ResponEliminaSaluditos
Vamos, como con la abuela de Caperucita pero en Boa. Lo más terrorifico de este cuento es que pudo ser verdad.
ResponEliminaBesos
Oriana: es verdad, solo de imaginartelo, retumba en loa oidos, aquel grito desgarrador.
ResponEliminaGracias por comentar. Un beso.
Demasiado macabro San, no lo quiero imaginar, Gracias por tu opinión.
ResponEliminaSaludos
Demasiado macabro San, no lo quiero imaginar, Gracias por tu opinión.
ResponEliminaSaludos
José Vicente, describo la historia, tal como sucedió. Pero te doy la razón de que es algo espeluznante. Me ha gustado de que vuelvas a leerme
ResponEliminaRecibe un abrazo enorme patra tí y família.
Juan Carlos; Tienes razón amigo, pero eso sucedió, muy cerca de donde yo me encontraba en aquellos momentos, hara ahora 25 años.
ResponEliminaGracias por comentar. un abrazo.
Yessy kan: pues ya te lo puedes imaginar. Algo terrible.
ResponEliminaGracias por pasarte. Un beso.
Hola Alfredo. sin chistes,amigo esto sucedidó, de verdad en la selva amazónica.
ResponEliminaGracias por entrar, y te dejo un abrazo
Tremenda y trágica historia. El grito de ese hombre desgarrador, puede imaginarse hasta casi oirlo próximo....
ResponEliminaBesos
El hecho de que haya sido real, acrecienta su efecto.
ResponEliminaY lo bien escrito del relato.
ajjj esa sí que es una historia de espanto!...cómo para no gritar!
ResponElimina=(
Un abrazo
Fuerte y trágica historia es verdad,Casss. De esta como ya he dicho paso hace años, pero me han dicho que todavia hay rincones apartados de la civilización, donde estas cosas siguen ocurriendo,
ResponEliminaUn grandísimo abrazo.
Demiurgo: Celebro que un escritor tan buneo como tú haya encontrado bien escrito este desgarrador relato.
ResponEliminaGracias por leerme. Y te envio un saludo muy cordial
Hola Neo. Gracias por comentar, una historia tan desgarradora. Besos.
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