Son ellas, las sirenas, falsas deiades.
són sueños, són ¿verdades?
El mundo entero se rinde,
lo proclama y nos dice:
Que són solo una visión efímera
son sus cantos una quimera.
Hoy las vés, mañana quizás...
Y así para poder verme, volverás.
En su cabellera hermosa
que cuidan y peinan con esmermo
Puede que se esconda su misterio,
de mujer, osada, valiente y sin miedo.
que enamora a los príncipes
y engaña a los jinetes andantes.
y en las noches cálidas de verano,
sus caricias se hacen abundantes.
Estaré atenta este verano, a ver si veo alguna.
ResponEliminaA lo mejor nosotros somos sueños, irrealidades, para ellas.
ResponEliminaQué lindo sería poder verlas! Un poema precioso en honor a ellas!
ResponEliminaGracias por acompañarme, un beso enorme!!!
Las describes como si las hubieras visto ¿Donde?
ResponEliminaUn abrazo
Una descipción tan ral que se siente
ResponEliminaAbrazos
¡Cuántos somos los que,
ResponEliminapor el canto de las sirenas,
hemos quedado
en sus largas cabelleras
enredados...!
Es una belleza de poema. Me encantaría poder ver una para pacificar mis dudas.
ResponEliminaSaludos
Los has contado como un bello cuento que hace navegar por el mundo de la fantasía o tal vez sea realidad.
ResponEliminaBesos
Buenas rimas para esos seres que pueblan y reinan nuestras fantasías!
ResponElimina=)
Nos dejamos engañar con leyendas fantásticas porque necesitamos fantasía en un mundo prosaico.
ResponEliminaMe gustó tu poema, Montserrat.
Bona nit.
Demiurgo Seria bueno que fuera como tu dices. pero me temo que tantos no íbamos a tener sufiente espacio para escondernos.
ResponEliminasaludos muy entrañables.
Me quedo con la segunda parte.Me gusta ese tipo de mujer.
ResponEliminaUn beso.
Montserrat, prefiero no verlas. Mientras pertenezcan a la categoría de mito, soñaremos con ellas, les atribuiremos mágicos poderes, sus cantos serán melodiosos, su hermosura, proverbial. Lo dicho, prefiero no verlas. La realidad de las cosas es mucho más prosaica.
ResponEliminaUn fuerte abrazo.