Un buén dia, le regalaron a Julita, una preciosa jaula con un canario cantador. Fué su vecino en agradecimiento a los favores prestados. Julia nunca habia tenido una mascota ni grande ni pequeña, peró acepto el regalo, con buena disposición, más que con alegría
Y es que Julita era madre de tres niños que le habian nacido, en los cuatro primeros años que se cumplian de su matrimonio.
Estaba cansada del griterio que hacían, y
solo le faltaba eso. Lo puso cerca de la ventana i allí pasaba vida
haciendo gala de sus portentosas cualidades como cantante y compositor.
Cuanta mas algarabía hacian los niños con sus juegos y peleas, mas
fuerte cantaba el pajarillo. Julita esta harta de tanto ruido. Si no
hubiera sido por su vecina, habria hecho algún disparate.
Una mañana soleada de primavera, abrió la jaula para limpiar y poner
agua. y se encontro con el cadaver del canario patas arriba. Fué
muy doloroso y sorprendente para ella y para sus hijos quedarse sin aquellos
cánticos que les acompañaban, todo el dia. Y lloraron mucho tiempo su
desaparición.
Y se dieron cuenta de que no era una molestia, de que que lo querían.
ResponEliminaEmpieza bien la historia, pero termina muy triste.
ResponEliminaUn beso.
La ausencia hace extrañar la presencia. Estoy de acuerdo Monserrat!!
ResponEliminaUna historia triste, que nos hace recordar eso de: nunca sabes lo tienes hasta que lo pierdes.
ResponEliminaCariños...
Es cierto: amamos más de lo que sabemos.
ResponEliminaCreo que fué asi mismo, como tu dices.
ResponEliminaGracias por tu comentario.
Recibe un entrañable saludo.
Querido Faabián: Las historias no siempre són alegres. Quizás las haya más de las otras.
ResponEliminaGracias por pasarte y dejar tu opinión
Un abrazo.
Lao Paunero: me alegro que estemos de acuerdo nuevamente.
ResponEliminagracais port u visita. Un saludo muy cordial
Oriana: encantada de conocerte. Gracias por tu comentario, y recibe una fuerte abrazl
ResponEliminaMariajesús: estoy de acuerdo contigo.
ResponEliminaCompletamente.
un saludo primaveral