- Vivir entre muros
A los pocos dias volvi a aquel lugar tan acogedor y tranquilo, pero esta vez para quedarme. Dejaba atras un mundo de egoismos, de envidias, d’estrés, del miedo al desaucio. A la escasez del dinero, a la comida “fas.foud” i a la ropa de mercadilo.
Allí no tendria de preocuparme de las listas del paro, del encargado de la sección que me hacia la vida imposible e insoportable, ni de las multas y averias de mi pequeño utilitario. Ni de las facturas del gas, la electricidad y del teléfono.
Jamás habia pensado ingresar en un convento. Pero dadas las circunstàncias, no tuve ninguna duda. Partia convencida de haber elegido el mejor camino.
Mas conventos y monasterios en el blog de Rhodea Blason.
Bien pensado, se acabaron las preocupaciones. Pero yo me quedo fuera, no me gusta madrugar y menos para ir a rezar, y el silencio solo me gusta cuando yo lo elijo, las ayunas tampoco son de mi agrado, así que mejor me quedo como estoy.
ResponEliminaUna solución para acabar con el paro y de camino aumentar el número de religiosos que está bajo mínimos.
Besos
Si es una solución cómoda,lo reconozco. A mi me gusta madrugar,y la contemplación de la belleza, de la Naturaleza, que nos ofrece un recital de emociones en cada estación del año.
ResponEliminason unos buenos motivos, par ver las cosas desde otro ángulo.
Muchas gracias por comentar y besos.
Pues mira con tu relato lo mismo has abierto vías de solución a algunas personas, dicen que en época de crisis las vocaciones???? aumentan.
ResponEliminaHay un buen sarcasmo en tus palabras Monserrat. Interpreto que el convento podría ser un buen REFUGIO para escapar de la realidad.... Muchos saludos.....
ResponEliminaTracY esta no la sabia. muy buena. Gracias por entar y decirme que piensas al respecto. Mil besos
ResponEliminaLo has interpretado a la perfección,amigo Lao Paunero.Pensaba sobretodo en un buen refugio calentito y acogedor
ResponEliminaDicen que los que viven bien son los presos. Porque en los conventos la vida es muy austera...
ResponEliminaSi eso dicen y tal como lo plantean, tienen mucha razón. En cuanto a la austeridad, creo que seria lo que menos mr haria sufrir, en esta hipotética entrada en el convento.
ResponEliminaSaludos y gracias Mariajesús.
Por eso estamos aquí guapísima quienes compartimos esa opinión. En fin que te diría mucho más pero voy volada, ya ves que ni siquiera he tenido tiempo para publicar mi entrada. Petonets.
ResponEliminaEme: No se como te lo montas, pero desde que te conozco, que vas volada. ¿NO será que "estas" volada?
ResponElimina(jajaja) No te lo tomes a mal, es una broma que me ha salido,sin más. supongo que ha sido por el juego de palabras. besos.!!!
Estoy con LAO. Tal y como está planteada esa entrada en el convento viene a ser como una escapatoria. Imagino la vocación como otra cosa.
ResponEliminaSalutacions amb tot el respecte
ResponEliminaAixí és Valaf. Cert. Però no em diràs que es temptador? Allà, tele Internet sense cap més preocupació.....
Gracies per dir-hi la teva i molta salut.
Oye ¡qué no es broma!, el año pasado estuve en el Monasterio de Leyre, y se lo montan muy bien. Entonces me plantee quedarme un tiempo, en la hospedería ¡claro!, porque aquellos son frailes, pero entre lo bien que cantan, lo bien que guisan y sus chupitos de 36 hierbas, ¡¡vamos que yo estaba en la gloria mismamente!! . Ja, ja, ja.
ResponEliminaMuchos besos querida Montserrat
Si es una solución cómoda,pero a mi eso de estar encerrada aunque sea en un convento con todas sus comodidades no me va, así que dejo mi plaza para quien quiera cogerla.
ResponEliminaBesitos guapetona.
Laura: Me gusta que me apoyes en esta entrada, porqué hay gente que no comprede esta opción. Estas posadas están ahora muy de moda. Se acabaron los túneles secretos, los encuentros furtivos, y las muertes de bebés nonatos. En la actualidad son casi casi,hoteles de turismo, muy apetecibles por todas estas cosas que
ResponEliminaenumeras.
Gracias por el comentario.
Un besazo enorme.
Pakiba: Para gustos hay colores. Siempre ha sido así. Repeto tu opinión
ResponEliminaAunque no se parezca a la mia.
mil besos, amiga.
Supongo que esta opción pasará por muchas cabezas en este tiempo en que tenemos al capital convertido en un monstruo que nos persigue y está devorando a tantos.
ResponEliminaBesos.
Desde luego, Juan Carlos, tambibén puede se una opción para una huida. Porqué no? Gracias por comentar.
ResponEliminaSaludos respectuosos.
Respeto esa elección, atrae esa paz y contar con TIEMPO para meditar. Es una escapada que según cómo se mire, resulta cómoda en los tiempos que corren.
ResponEliminaUn petó.
Buena forma de salir de los conflictos de este mundo.
ResponEliminaUn beso.
Hola Natalia: Vale. Con el strees que llevamos todo, con tanto programa a todas las horas del dia, apetece parar y meditar.
ResponEliminaGracias por tus palabras. Y Vuelan para tus montañas, montón de cariños.
Fabián: tu si que me has comprendido. De la A a la Z. Gracias y un saludo cordial pero cariñoso.
ResponEliminaPensándolo bien, y tal cual lo describes, sería una buena opción para escapar de algunas cosas del diario vivir que nos vienen resultando pesadas e inquietantes... si no tuviera que levantarme a horas tempranas, dedicar gran parte del tiempo a alabanzas y rezos, y algunas otras actividades un poco tediosas a mi gusto, creo que iría haciendo las maletas para hacerte compañía! :D
ResponEliminaUna muy oportuna reflexión!
Besos!
Gaby*
Pues mira, seguro que las monjitas del convento acogen con alegría y entusiasmo a quienes se animen a unirse a ellas. Buen giro el que has dado al tema. Un beso.
ResponEliminaEntiendo a tu protagonista. A veces uno queda tan cansado de la sociedad que necesita alejarse por un tiempo o para siempre de ella.
ResponEliminaMe ha gustado esa descripción.
Un abrazo
Una forma de escapar diria yo, aunque tambien si la fe la asiste, pues poco puede uno argumentar. Yo a pesar de todo, como que me gusta más sentirme libre.
ResponEliminaLo que si que me gustó es como describes todo el entorno. Se respira paz.
Un beso.
Hola G a b Y*, un buen comentario el
ResponEliminatuyo.Me ha hecho gracia, el si no fuera por....Yo creo que simepre que has de tomar una decisión, hay alguna condicion que no te gusta y dudas.Y esto es muy normal.
Gracias por venir a verme, y dehar tu comentario.
muchos besos, dulces y sin acidez.
Hola Cristina: Solo por llamarlas monjitas,ya me gusta. Es la última moda, sacar todos los trapos sucios, de estas personas en su gran mayoria, tomaron los hábitos de buena fé. Saludos muy especiales. Y gracias!
ResponEliminaGracias Carmen Andújar, por tus palabras de elogio. Te envio un abrazo grandísimo.
ResponEliminaTe comprendo perfectamente SAN. La libertad es un don muy preciado, que conviene preservar. TE agradezco tu comentario que siempre tengo en cunenta.
ResponEliminaMil besos para tí y mucha salud.
Como salida a una situación económica precaria me parece una solución, pero el tipo de vida que se lleva en un convento...buf...qué aburrimiento!!!Todo el día rezando y sin comodidades...no,no...yo casi preferiría ir a la cárcel que aunque parezca que no hay más diversión y comodidades ja ja !!
ResponEliminaUn beso
Buena salida para la mala situación en la vida mundana!...quizás la vocación llegue con el tiempo jejeej un abrazo
ResponEliminaHola Charo: Así és querida amiga. pero hay ganre que esto les llena y allí son felices.ya sabes que para gustos...
ResponEliminaGracias por entrar i darme tu opinión, que valoro en su justa medida. Un ferte abrazo.
NOE: Eto seria lo ideal, y ves tu a saber.... Quizás se den casos así
ResponEliminaGracias por entrar y comentar. Un saludo muy afectuoso.
No sería la primera vez que por desesperación o por cobardía, se cambia de carcel. La de las leyes sociales por las del silencio.
ResponEliminaUn beso
Que acertado es tu comentariro Rosa.
ResponEliminaMe ha gustado mucho.querida y te lo agradezco de veras.
Te mando un fuerta abrazo y mi cariño.
Yo, quieres que te diga, ni loca me metería en un convento apartándome del Mundo...
ResponEliminaUn abrazo
Controvertido texto, directo y potente, como un puñetazo al estómago y esperar a ver que vomitas.
ResponElimina¿Es la avestruz la que esconde la cabeza dentro de la tierra? Si no, que me perdone.
Besos
Parece un buen lugar para el retiro y la meditación, lejos de agobio que cada día nos persigue. Buena elección :)
ResponEliminaBss.
Pásate por mi blog y tendrás un premio que te recordará mi primera convocatoria. Muchas gracias por participar
ResponEliminaAmigo Alfredo Cot: yo no pienso como tú es evidenete, en este tema, por supuesto. Es como ir al seminario cuando no tienes comida en casa. Cuantos hombres de carrera no han empezado por aquí? Yo no le veo la patada en el estómago,por ninguna parte. Además, el mal ambiente, la corrupción; el miedo a perderlo todo, no es igual ahoroa que en los años 40-50-60
ResponEliminaAntes habia hambre, es verdad. pero las famílias se ayudaban y convivian como buenos vecinos. Ahora visto lo visto, todos llevamos una rabia y un desengaño, que nos empuja a hacer verdaderas barbaridades. Así que estoy completamente de acuerdo con mi teoria. Además hay en este país cantidad de avestruces. todos lo somos. metiendo la cabeza debajo del ala y dejar que se rian de nosotros i nos hagan bailar como marionestas. No lo olvides.
Te agradezco no obstante tu agrio comentario.
Saludos cordiales, amigo mio
Mar: Yo no he estado alli nunca msade dos horas. Solo de excursión, pero parece realmente un lugar tranquilo y reposado. Así lo veo.
ResponEliminaGracias por entrar y comentar.
Un fuerte abrazo
MYriam. no sé como te he dejado atrás A veces me despisto, y por una vez el olvido se comprende.
ResponEliminaYo en tu lugar tampoco me meteria,pero hay mucha gente que no vive como vives tu, guapa. Simpre de viajes. Como tu hay muy pocas y lo sabes-
GRacias mil, y dos besos. Uno de Jaime y otro de mi parte.
Rhodea Blasón: muchísimas gracias por tan valuoso premio,que quizás no merezca. Si no lo ves en mi blog, no es que lo rechace, es que no lo habré encontrado el modo de subirlo.
ResponEliminaMil besos, amiga.
En primer lugar, pedirte disculpas por la tardanza en visitarte. No he estado en un convento, pero casi. Junto con buenos amigos he pasado unos días en una casa rural alejado del mundanal ruido, cargando pilas. A veces, abrir un paréntesis en la vida acelerada que llevamos, es una auténtica bendición. Tal vez, bajo ese punto de vista, unos días de paz y calma (no muchos), en un convento sea lo más indicado.
ResponEliminaUn abrazo.
PEPE:No te he de disculpar de nada, faltaria mas!. Al contrario; estoy supera-gradecido por tus frecuentes visitas y tus comentarios tan interesantes como correctos.
ResponEliminaUn fuerte abrazo y mucha salud.
Pues creo que le habrás dado una idea a más de uno con esta entrada, Montserrat, que la vida está muy dura y aunque la del convento también sea dura, al menos se come a diario.
ResponEliminaMagnífica argumentación y, como siempre, me atrapa ese humor tan tuyo, tan fino. Eres única, amiga.
Un peto ben fort.
Querida Isabel: Gracias por tus comprensivas palabras. Las necesitaba. Ultimamente no me llueven los halagos.
ResponEliminaTe envo todo mi cariño, que no es poco