Desde la ventana se podía apreciar, como los arboles de hoja caduca, estaban ya completamente desnudos. Fuera, en la calle helaba. Un airecillo fino y cortante se deslizaba, por las estrías y poros invisibles, pero su silbido era perfectamente audible. Generaba miedo y más frio.
Aquel niño de pocos años, sabia lo que le esperaba. El intuía que aquella Navidad, no se parecería a las otras, que recordaba. Tendría menos colorido, menos turrón, y mucha más tristeza. Desde que su padre había perdido su trabajo, en el taller de gravados antiguos, las cosas fueron de mal en peor.
Imagen de M.S:P |
La caja donde su madre guardaba,los adornos de Navidad, todos esparcidos entre los pocos enseres, eran una señal inequívoca, de que en los próximos fechas, nada se podría celebrar. Ni tan solo pasarían los Reyes, pues era obvio que si se marchaban nadie les diría su paradero, que ellos mismos ignoraban.
Su madre cabizbaja, y ausente, tenia el pensamiento en otras cosas. Miraba de soslayo a su marido, que permanecía sentado en la acera con las manos en la cara para que no se vieran las lágrima que asomaban , en abundáncia hasta que un pañuelo que sujetaba a al altura de la nariz, no las dejaba bajar por las mejillas El niño iba y venia con sus vecinas que le daban leche caliete con Cola-Cao. Se habian acercado algunos vecinos para darles apoyo,y algunos con pancartas que paseaban por delante de las fuerzas policiales. No estaban solos ante la injusticia. y esto le daba moral y fuerza.
Atardeció, anocheció, y uno a uno entre palabras amables y buenos deseos, fueron despareciendo. Y allí envueltos entre un montón de mantas, quedaron solos y desamparados. Y entonces ocurrió. Paró un coche patrulla de la Policía Urbana, y les invitó a entrar en el vehículo, sin llevarse nada de lo que estaba tirado. Despuéss de atravesar algunas calles, sin preguntar ni protestar, el coche se detuvo delante de un edificio de un barrio nuevo que ellos ni conocian. Como corderitos que llevan al matadero, siguieron a los guardias mansamente, docilmente...
Acaba mañana
Això sí que és atrapar el lector! ha ha. Ens has deixat pendent del final!
ResponEliminaEspero que estiguis tenint unes Magnífiques Festes Nadalenques, encara que l'ambient que es respira als carrers sigui més aviat el del teu conte i faci que aquestes Festes tinguin un color més gris del normal. Un petonàs!
No m'esperaba pas el teu comentari, Encarna. Però em complau. i te'l agraeixo molt. EL'escrit es com sempre un exercici d'escriptura, inventat i sense cap importància.
ResponEliminaUna abraçadeta per tu and family
Pues aquí estaré.
ResponEliminaY yo espero que también, Maria Jesús.
ResponEliminaHata mañana pues. Un beso.
Esperando la continuación. Saludos
ResponEliminaPues aquí estaré para la conclusión de este cuento (relato muy real) de Navidad.
ResponEliminaUn abrazo y muchas gracias por la llamada.
ale, ¿y te quedas tan tranquila dejandonos asi?? jajajja
ResponEliminaestaré atenta al final...
Besos.
Efectivamente nos has dejado con una buena intriga y deseando conocer el final. Estare atento.
ResponEliminaUn abrazo
Mari-Pi-R, Ibso, Conxa JOsé-Vicente: Gracias los cuatro por vuestro interés, y vuestro comentario.
ResponEliminaPues como todos os mostrais tan interesados, ya pongo el final que como es un cuento de Navidad, por supuesto que acaba bien. Como a mí me gustaría que acabaran los malos sueños.
Un abrazo muy fuerte para cada uno de vosotros.
Montserrat, ens hem de sentir propers, molt propers, a les persones que sense haber fet res per merèixer aquesta situació estan patint en pròpia carn el que altres han organitzat només per enriquir-se de forma il.legal i assassina.
ResponEliminaAra vaig a llegir la segona part.
Hola Montserrat:
ResponEliminaDoncs jo ja he llegit ara el capitol primer i m´en vaig cap el segón, ja que no vaig tindre temps.
Contonuo la lectura.
Farás molt rebé. Per aixó l'he escrit: per poder-lo llegir. Gracies per la visita, guapa!
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