DON CIENPIÉS CURIOSO

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(Una narración libre, sobre el animalario popular o creado, del Taller de Escritura)

Esta simpático animal, siempre me recordó a mi hijo, que cuando era un niño bastante joven, pequeño en años, andaba de cuclillas, leyendo los trozos de periódico, que se dejaban en el suelo,después de lavarlo, para que al andar sobre la humedad, no dejar huella, de pisadas. Así le llamábamos cariñosamente sus hermanas y yo.

Y es que tengo una visión muy particular del aspecto terrorífico que presenta el animalito en cuestión. Y la verdad, lo encuentro horrible. Yo lo veo siempre en formato gigante, con sus patas peludas, un cuerpo de terciopelo en colores ocres, ojos negros brillantes de mirada fija, andando al compás de todas sus patas, y que para doblar una esquina, ha de hacer también cien maniobras. Solo de imaginarlo se me pone la piel de gallina.

No ignoro, que en el pasado han existido, bestias muy extrañas, grandes y hasta sanguinarias. Solo hay que visitar los museos de ciencias naturales del mundo. o leer el romancero castellano o catalán. Sin ir mas lejos el dragón que mató Sant Jordi, sacaba fuego por los dientes, y de un solo mordisco, se podía comer una persona.
Ultimamente, a la vanguardia del septimo arte, están las películas que, con la ayuda de todos los adelantos en al informática y la cibernética, han convertido estos seres defomes, verdes, i de aspecto funesto, en personajes simpáticos, buenos inteligentes y amigos de los niños. La magia del cine.
Pero la realidad, que siempre impone su ley, es que si alguna de mis nietas vé un cienpiés de verdad echa a corer como cuerpo que lleva el diablo.