No es considerat un pecat capital, però es un tret caracterìstic i gens bó de persones resentides, amargades, i potser una mica envejoses. Diguem doncs que es una cosina gemana de la enveja, que com vaig expliar en el seu moment, es una de les pixors faltes que es puguin tenir, dites capitals per la seva impotancia en el rànquing dels pecats de quasi totes les religions.
Les persones que han incorporat al seu tarannà, volén o sense voler, aquest gran defecte, es recoden sempre dels mals moments que han passat per culpa d'algú, i que no li han sabut ni han volgut perdonar mai. Aquest sentiment, d'altra banda humà, els hi fa reviure sempre el disgust, o la enrabiada, que han sofert a la millor fa molts anys. I viure amb aquestos resentiments, perque sempre en hi ha més d'un, el torne indiviuos amagats, solitaris i infeliços.
Per cultivar les bones amistats, la bona entesa amb la família y gaudir del amor en plenitud, s'ha de desterrar un sol pensament rancuniòs.
BONA NIT MONTSERRAT.
ResponEliminaQUIN ROSER MES BONIC ES POSAT DE PORTADA DEL BLOG.
MIRA PENSO QUE LA RANCUNIA FA PATIR MOLT A LA PERONA QUE NO SAP PERDONAR.
NO LI DEIXA VIURER AMB PAU INTERIOR.
ES TANT MACA LA FRASE PERDONANS COM PERDONEM.
UNA ABRAÇADA, Montserrat
El rencor es como un veneno guardado en la "recamara", que a quien hace más daño es a quien lo siente...
ResponEliminaUna cosa es tener presente el daño que te han hecho y otra llegar al grado maximo en el que no entra el perdon,ni el olvido...uno se amargaria demasiado.
Afortunadamente, Dios no me ha dotado ni de rencor ni de odio, Montserrat.
ResponEliminaTengo, además, una rara habilidad para borrar de mi "disco duro", (cerebro), los malos momentos, las afrentas, etc.
Así consigo ser más feliz.
¿Estás ya en Viena?
Un abrazo.
Sustenta esta podrida sociedad.
ResponEliminaDan pena esa clase de personas, llevas razón, prima hermana de la envidia, pero querida, esta de moda ¿porqué tú tienes que tener más que yo? ¡Noooooooooo! Yo tengo que estar sobre ti y sobre los demás en todo, pueda o no pueda, de lo contrario ¡No te perdono! Te jorobo la vida y así te machaco, porque hay muchas formas de machacar, pero ¡en todos los lares! Desgraciadamente, en fin es la vida "Çe la vue" que dirían. Besos, besos, y sobre todo abre bien el oído
ResponEliminaEl rencor envenena...
ResponEliminaSí, cada día, quan ens dutxem, hem de rentar-nos fort no només amb el gel de dutxa, sinó també amb l'aigua que ens purifica de rancúnies, d'envejes, de mentides... tot això ens fa mal, ens fa infeliços, i fa infeliços a qui ens envolta.
ResponEliminaPues creo que es de la única cosa que puedo presumir, no soy nada rencorosa, no se serlo, ni aun intentandolo....se me olvida.
ResponEliminaVivir con rencor,debe ser espantoso.
Montserrat, el que no perdona les faltes que ha patit, encara pateix més.I tot se li gira en contra seva.
ResponEliminaDes de Viena amb molt d'amor
Anna Jorba, tu lo dices muy bien, es como un veneno, que acaba envenenándo al que lo siente.
ResponEliminaDesde Viena y con aires de vals... un beso.
Jota Ele: no pareces para nada recoroso ni amargado. todo lo contrario. Mucho mejor para tí y para los tuyos. Desde Viena, un abrazo muy fuerte, y otra vez gracias por tu comentario.
ResponEliminaJ.G. Riobò: No deberia ser, pero és.
ResponEliminaDesde Viena, que en otoño está preciosa, un abrazo
Querida Higorca: No sabes todo el arte que se respira en Viena. Los museos de pintura son muchos y buenos. Supongo que ya los conoces, pero solo per ver el palacio de Velvedere y a Gustav Klimnt, merece la pena una escapada. con música de vals me despido por hoy. Gracias por venir a verme.
ResponEliminaHoy me he olvidado completamente del rencor. Estando en Viena, mejor pensar en ópera, y mosto.
ResponEliminaDesde el corazón de Europa de mando un abrazo, Miryam
Déu ser per aquest motiu que jo no en tinc de rancunies. Hem ducho molt y m'ensabono bé.
ResponEliminaDes de Viena amb amor, un grat record
Hola, encantado, perdón por la tardanza. Has escrito el post pensando en mi ???? jajaja
ResponEliminaSoy rencoroso...y un individuo de esos, solitario e infeliz. Eso va en el alma. No sé si el rencor me hizo así o la soledad dio paso al rencor. El caso es que he visto reflejada mi calva en el espejo de tus palabras.
Bésix
Calvaian: No cro que seas ena infeliz. Una persona como tú, capaz de hilvanar historias, y bordarlas con hilos de oro, no pueda gardar rencor al nadie, y menos aún al que te ha dado esta capacidad. el ser calvo no te resta ni un á pice de atractvo. Amar es el bálsamo que cura estas ideas.
ResponEliminaDesde Viena con aires musicales, te deseo este cambio, que deberias ser capaz de llevar a cabo.
No dejar el blog, ya es un primer paso.
Gracias por entrar a saludar.
Es tan frecuente que uno lo siente en el aire.
ResponEliminaDisfruta de tu estancia en Viena.
Muchas gracias y hasta pronto!
ResponEliminaPerdón, pero no te había comentado este post.
ResponEliminaNada más lejos del rencor. No existe en mi vida. Creo que el que lo tiene, es el que peor lo pasa, su vida debe ser un infierno.
BESOTES GUAPA!
Stanley: no es obligatorio comentar las entradas, así que no te voy a perdonar porque no existe ofensa ni falta. Yo voy a tu casa porque soy cinéfila y porque las historias que explicas los lunes y siempre tengo la curiosidad de entrar por que tu blog me gusta. Gracias y besos desde Austria.
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