divendres, 24 de febrer del 2017

MAS SOBRE ESCALERAS


UNA CASA GRANDE.

Espero que me permitais otra entrega  sobre las escaleras Hoy me he sentido inspirada y he decidido aprovechar la racha. Gracias por vuestra amabilidad.

        Paula y Luís eran novios desde hacia tiempo. Buscaban  piso para poder casarse  y crear una familia. Cada momento que disponían de un rato libre, lo empleaban para mirar los anuncios del los periódicos o hacían una visita a alguno de segunda mano, previamente concertada. Pero no salía nada que fuera de su agrado.
       Un domingo por la mañana fueron como de costumbre, a la caza del piso, y llegaron a un barrio que se estaba haciendo nuevo. Preguntaron a los guardias de seguridad  de la obra, y como quién no quiere al cosa les fueron sonsacando detalles que en principio les gustaron. Y se fueron con el teléfono en el bolsillo para hablar con el promotor durante la semana y volver a visitar la obra, al siguiente domingo.
      Así fue que les gustó tanto la vivienda, que sobre plano empezaron a pagar cuotas,  y un año después les entregaron las llaves y de inmediato se casaron.  El piso en cuestión tenia cuatro niveles, y estaba equipado con unas amplias zonas con jardines y piscina. Estaban encantados, y convencidos de que habían encontrado la casa de su vida. y fue de esta manera; vivieron allí mas de cuarenta años. Nacieron tres hijos, y Paula, en la crianza de los hijos ya empezó a quejarse de los inconvenientes que representaba, tener que hacer tantos pasos al para subir y bajar continuamente.
  —  Este es  un ejercicio estupendo, te ayuda a mantener el peso y a estar mas ágil, -decía el marido-
Y pasó el tiempo. Los hijos crecieron se marcharon y pronto volvieron para llenar la casa de nietos.
  —  ¿Vés? -le decía Luís a su mujer- con  un piso mas´pequeño, no los tendríamos todos a la vez. Paula le miraba y callaba porqué, en cuanto se hablara de un cambio, él se molestaba mucho. El caso es  que habia llovido mucho desde que estrenaron la casa, y ya se veían mayores y con muchos achaques. Un buen día, al bajar a desayunar, Paula tropezó con el cinturón del albornoz, y ahí se acabó la historia
      Bajó rodando más de diez ESCALERAS y ya no se recuperó.

dimecres, 22 de febrer del 2017

NUEVO JUEVES CON RELATOS

    
       Silvia Castañedo estaba ya preparada en su lugar exacto para desfilar la primera. Estaba nerviosa, porque aquel modisto francés era muy exigente. Y  la más minima podia montar un pollo de los de aquí te espero. Ella sabia que en aquella pasarela se jugaba su futuro. Si todo iba bien a los quince dias tenia otra presentación en el MOMA de Nueva York y después en Milán y otro evento en…
      Cuando empieza a sonar la música, ella estaba pensando en su abuela.completamente ausente de aquel podio que tenia que bajar. El púbico empezaba impacientarse, ella miró detrás y vió al messieur que  dijo con su voz ronca pero amable:” Allez cherie, le monde t’attent”. Los focos la iluminaron y se oyó un Oohhh! generalizado que no supo interpretar. si era para ella o para el lujoso modelito que lucia. Empezó a bajar las escaleras con tanto aplomo y naturalidad, y atravesó toda la sala mirando a lo lejos con la vista perdida y esbozando una media sonrisa. Al entrar de nuevo en el vestuario las compañeras la aplaudieron, mientras el modisto besádole las manos repetía:"Tres bién, tres bién, ma poule.Tu as descendu de l’escalier, comme une reine”
       Se acordó de su abuela y alzando los brazos  le envió un beso que dirigió al techo entre los focos Sin duda alguna vedrian muchos mas desfiles y escaleras.


dimecres, 8 de febrer del 2017

ESTE JUEVES JUGAMOS

    A mal tiempo buena cara.

Hoy ya  no vas a ser mas invisible, porqué la bloguera que organiza este intersante juego juevero, nuestra compañera Encarni, ya me ha dado licencia para revelarlo.


     Detrás de los cristales de un café del centro, veía pasar la vida. El día estaba lluvioso y el viento azotaba sin compasión, las caras de aquellas gentes apresuradas, de semblante aburrido, y ganas de calzar las zapatillas cálidas de su hogar. Se les veía claramente. Era hora punta.  El mejor momento del día para la observación y contemplación del teatro de la vida, en vivo y en directo. En los días tranquilos, que eran los más, las gentes y sus andares eran más cansinos si cabe, pero  siempre  iguales.  “Deja vue”, se decía, y levantaba sus posaderas de la silla, con dirección a la calle.
     Pero aquél día precisamente los servicios meteorológicos habían anunciado nieve para última hora de la tarde. Estaba contenta. Ante ella una nueva i deferente función y estaba en primera fila. el espectáculo iba a comenzar de un momento a otro. Aquella representación le gustaba. Además confiaba en ella porqué el ir i venir de tantas personas era su fuente de inspiración. Ver sus caras y adivinar quién era, cada cual, ponerle un nombre, una profesión, unos problemas  y unas alegrías inventadas, era una verdadera gozada.
Se abre el telón: empiezan a caer los primeros copos blancos. Las personas andan más rápido. Unos chavales que corren se caen en el asfalto. Una señora con un perrito que aprieta contra sí para reguardarle del frío. Una pareja de enamorados, diciéndose lo mucho que se quieren con besos y arrumacos Una pareja de  vigilantes de la urbana entrando en el bar de enfrente. Ellos también tienen derecho al descanso. En un día así más. Un señor con una cartera de piel gastada y semblante serio y huraño.Y un indigente buscando con seguridad, un lugar donde pasar la noche, que amenazaba con ser helada
La alfombre blanca, se iba extendiendo delante de sus ojos, mas espesa  y compacta. Tuvo que salir de allí no solo porqué no llevaba el calzado adecuado si no que le apetecía ponerse a caminar hacia su casa donde le aguardaba una tarea interesante: Seguir con la introducción de un libro que versaría sobre algún personaje de los que había visto desde el café
Para mi amiga invisible: Charo Cortés con ilusión y cariño

dimecres, 1 de febrer del 2017

LA NIEVE




Parece que va a nevar.

  Es un tiempo quieto, asombrosamente parado.
Los pájaros vuelan bajo, a ras de suelo.
El cielo plomizo. Las hojas sin moverse nada,
 también lo anuncian: nevará…
Y pasa así, de esta manera tan sencilla.
Los copos de nieve van cayendo perezosos
sin prisa posándose uno detrás de otro sin hacer ruido.
Suavemente.
Y es entonces cuando se produce el momento mágico.
Todo es blanco, limpio e inmaculado.
Los tejados, los árboles y los coches…en la ciudad.
Pero si estás fuera de ella, la visión es sublime.
los caminos que serpentean por la ladera,
los riachuelos, la única cosa que no cambia de color,
y que se ve deslizarse por el fondo del valle.
El campanario, las chimeneas, i los caramelos de hielo
que penden de los cobertizos.
Y por encima de todo: la calma.
Aquella quietud, de las primeras horas de la nevada.
Todos  pendientes de si seguirá subiendo la cota,
 y si habrá suficiente comida y pan en la despensa.
Sentarse alrededor del fuego y sacar juegos o pequeñas tareas,
que ya se guardan, para estas horas de paz,
en las que no se puede hacer nada más.
Unas horas que duran poco, y 
que siempre gusta recordar.